Carta abierta de Esteban Hernando, director de Soyde., a la alcaldesa de Móstoles, Noelia Posse:
Querida Noelia, las personas que te conocemos en persona, que te hemos visto con las lágrimas ensalzadas, no entendemos que está sucediendo. Yo vi en ti valores que hasta que te conocí en persona no había visto. Pasé de pensar que no estabas preparada para el cargo de regentar una gran ciudad como Móstoles, a pensar que merecías tener tu oportunidad, que más allá de tus debilidades a la hora de ser una persona publica, se escondía una persona íntegra, luchadora y, cómo no, comprometida. No entiendo todo esto que está pasando, no entiendo que aproveches el primer Pleno para subirte el sueldo y ser la alcaldesa de tus alrededores que más cobra, ¿por qué? ¿Tan importante es para ti cobrar algunos miles de euros más al mes? ¿Qué necesidad perentoria tenías? ¿Y tu hermana? ¿Tus familiares? ¿Tus amigos? No eres consciente el daño que has hecho a los valores del Socialismo de este país. ¿Pedir perdón a los mostoleños? ¿Sólo?
Noelia, eso no es suficiente, debes pedir perdón a todos los Socialistas humildes, honrados, “dignos” y trabajadores que todos los meses ayudan desde su compromiso a mejorar su mundo (y no cobran 82.000 euros). Esto, a mi entender, es algo muy grave, quebrantar los ideales de una persona es una irresponsabilidad, pero quebrantar los ideales de un colectivo, sencillamente es una canallada. Piensa qué diría aquel que dejo parte de su vida en cambiar el mundo, según lo que él creía mejor. Lee su historia, que por llevar el mismo apellido no te hace “possedora” del “arte y ciencia”.
La solución a este problema tan grave, a mi entender, es que pongas tu cargo a disposición de tus compañeros de Madrid, que ellos decidan si te mereces otra oportunidad. Por desgracia, no te has equivocado solo ante los mostoleños. Gracias por pedir perdón, pocos políticos lo hacen, pero, en este caso, no es suficiente que te arrepientas, no te equivocaste en algo más o menos importante, metiste la pata en lo más importante, aquello que invocabas cuando te subiste el sueldo: Dignidad.