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Los estragos del Síndrome postvacacional, también en nuestras mascotas
La vuelta a la normalidad después de la temporada estival afecta a los peludos de una manera particular
Madrid |

El final del verano llegó; y con él, la temida vuelta a la rutina va tomando forma poquito a poco disipando la tranquilidad y sumiéndonos en la vorágine de tareas, recados y estrés de nuestra vida real. No son pocas las personas a las que la cuesta de septiembre se les hace más que difícil de encarar, sufriendo el denominado síndrome postvacacional. Según se desprende de la encuesta realizada por Kiwoko entre los propietarios de mascotas - perros y gatos- a través de las redes sociales, más del 50 por ciento confirman que el regreso de las vacaciones no es solo duro para ellos; sino también lo es para sus mejores amigos.

Durante el periodo vacacional los propietarios de perros y gatos suelen pasar más tiempo con ellos, lo que acarrea que nuestras mascotas pierdan de vista las rutinas establecidas durante todo el año y que, por consiguiente, la vuelta a casa sea ardua. Entre las consecuencias de la conocida como ‘vuelta al cole’, el reclamo de más atención, la pérdida de apetito o la destrucción de objetos o mobiliario.

 Entre las consecuencias de la conocida como ‘vuelta al cole’, el reclamo de más atención, la pérdida de apetito o la destrucción de objetos 

¿Cómo paliarlo?

Para prevenir que este síndrome aparezca, lo ideal es que antes de concluir las vacaciones tratemos de volver a las rutinas de paseos y comidas habituales para que el perro vuelva a acostumbrarse a ellas poco a poco. Incluso se puede hacer alguna salida de corta duración en la que el perro se quede solo para que no pierda la costumbre. Una vez hayamos vuelto, podemos aprovechar el tiempo que nos quede después del trabajo o durante los fines de semana para dar largos paseos, ir de excursión o incluso probar algún deporte para que la desconexión de las vacaciones sea más paulatina. Además, subrayar que una de las ‘asignaturas pendientes’ que hay que cumplir sin cabida a remolonear es la visita al veterinario.