El antiguo campo colchonero ya es, casi en su totalidad, historia. Sin embargo, derruir un estadio con capacidad para más de 54.000 puede ocasionar ciertos trastornos a los vecinos de la zona. El ruido, el ajetreo y sobre todo el polvo, ha trastocado el día a día de los residentes de la Arganzuela, que denuncian las grandes cantidades de polvo que levanta la obra. Asimismo, se ha detectado la posible presencia de amianto (material potencialmente cancerígeno) en la zona, sin embargo, desde el Consistorio se descarta la presencia de este material en las instalaciones.
Según ha explicado el portavoz de la Asociación Vecinal Pasillo Verde-Imperial, Pelayo Gutiérrez, existe una escasez de medios preventivos por parte de la empresa ejecutora de obra, lo que no evita el impacto que supone una demolición de esa magnitud.
"La anterior Corporación municipal comunicó que "todos los estudios" arrojaban que no había asbesto en el recinto"
Las entidades vecinales y los miembros del AMPA se han reunido con la Junta Municipal de Arganzuela para solicitar información por escrito de los continuos movimientos en el transcurso de la obra. Pelayo Gutierrez afirma que esta a la espera de ver las mediciones y controles de particulas por escrito, finalmente apunta que a pesar de la situación de los últimos meses, ha sido un derribo “discreto”.