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Los vecinos y colectivos logran que el Ayuntamiento no retire el lazo del VIH de la Plaza de Pedro Zerolo
La moción de urgencia del PP tumbó el proyecto de Ahora Madrid para rediseñar el espacio
Madrid |

Tras muchos días de polémica en las redes sociales, el plan que tenia preparado el gobierno de Manuela Carmena para la plaza de Pedro Zerolo no sufrirá ninguna modificación durante lo que queda de legislatura, así lo ratifico el pleno de centro en una moción presentada por el Partido Popular para lograr la paralización del proyecto de reforma del espacio icónico de Chueca.

Una presión que se iniciaba con el comunicado de CESIDA tras conocer las intenciones del gobierno y de José Manuel Calvo concejal del Ayuntamiento de Madrid, para remodelar la plaza. La Coordinadora Estatal de Asociaciones de VIH-SIDA (Cesida), el colectivo LGTB+ de Madrid, COGAM, y el PSOE se mostrarán contrarios a la retirada del lazo, incluso llegaron a realizar una campaña de Change.org.

 "Este lazo es uno de los pocos monumentos permanentes existentes de conmemoración de la respuesta al VIH-Sida en el Estado Español"

El presidente de CESIDA, Ramón Espacio escribió una carta, donde aseguraba “Pedro Zerolo fue un referente político en la defensa de los derechos de la población LGTBI y de las personas con VIH y, en general, de la respuesta política a esta patología tan cargada de simbolismos. De hecho, Pedro Zerolo ostentó el cargo de embajador de España en ONUSIDA durante varios años.” Y pedía a Manuela Carmena, “Este lazo es uno de los pocos monumentos permanentes existentes de conmemoración de la respuesta al VIH-Sida en el Estado Español. Como usted bien sabrá la respuesta social al VIH-Sida, desde sus inicios, ha trascendido su carácter biomédico convirtiéndose en un catalizador de la defensa de los derechos de las minorías y sectores más vulnerables al VIH.”.

Redistribución de Espacios

La redistribución de los espacios, configurados como un «anfiteatro», y la ampliación de las zonas de esparcimiento estaban en el centro de todas las quejas. La creación de cinco praderas de césped, rodeando una zona central diáfana, hacía temer a los vecinos que se convirtiera en un lugar propicio a acoger botellones y actividades ruidosas. Además, la zona infantil quedaba reducida un 75%.