La delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, ha supervisado el comienzo de los trabajos de la Operación Asfalto 2023, que supondrá la renovación del pavimento de 266 calles relativas a 21 distritos de la ciudad. Es así como la campaña de este año mejorará una superficie de más de 634.000 metros cuadrados gracias a una inversión de 12 millones de euros.
Tras la ejecución del plan de choque del pasado mandato, que dio lugar a las tres mayores operaciones asfalto de la historia de la capital con 3.000 calles asfaltadas, las campañas recuperan unas dimensiones más normalizadas que requerirán un menor esfuerzo inversor y, por tanto, supondrán un menor impacto en el día a día de la ciudad.
Con ello, los trabajos de este año tienen por objeto renovar los pavimentos de las calzadas con criterios de sostenibilidad. Con la ejecución de estas actuaciones, se mejorará la comodidad y seguridad de los usuarios, y disminuirán los niveles sonoros de rodadura junto a la contaminación del aire. Asimismo, se preservará el patrimonio municipal viario, evitando así deterioros que, en caso de no intervenir, obligarían a una renovación completa del pavimento y, por tanto, a una inversión mucho mayor. Entre los criterios para priorizar las calzadas a rehabilitar están el nivel de obsolescencia de las mismas y la intensidad media de tráfico que soportan.
Mejorará una superficie de más de 634.000 m2 con una inversión de 12 millones
MEZCLAS ASFÁLTICAS MÁS SOSTENIBLES
La campaña de este 2023 supondrá la utilización de alrededor de 75.000 toneladas de asfalto, de las que buena parte serán mezclas asfálticas más sostenibles frente a las mezclas en caliente tradicionales.
Por un lado, más de la mitad del material utilizado serán mezclas bituminosas semicalientes, cuya fabricación y puesta en obra se realiza a una temperatura de unos 30 grados, inferior a las mezclas en caliente tradicionales. Se trata de un sistema por el que la mezcla se fabrica con aditivos o técnicas que reducen la viscosidad del betún y permiten fabricar las mezclas a menor temperatura, si bien con características mecánicas y de durabilidad similares a las tradicionales.
Una de las principales ventajas es que, en su fabricación, se reducen las emisiones de gases contaminantes, como el CO2 y el SO2, así como los compuestos orgánicos volátiles. Además, se reduce la exposición de los trabajadores a humos, hidrocarburos y olores. A ello hay que añadir que la menor temperatura reduce también el consumo energético entre un 11% y un 5%, permitiendo trabajar a temperaturas ambientales menores.
De esta manera, en esta campaña se utilizarán unas 40.000 toneladas de mezclas bituminosas semicalientes que se extenderán sobre una superficie de 335.600 metros cuadrados (un 53% del total de la superficie asfaltada), lo que permitirá dejar de emitir a la atmósfera un total de 177 toneladas de dióxido de carbono equivalente (tCO2e).
Además, en un tercio del total de la superficie asfaltada, se pavimentará con mezclas bituminosas en caliente. En total, unas 8.000 toneladas de mezclas, lo que supondrá la reutilización de 37.000 neumáticos fuera de uso que han alcanzado el final de su vida útil.
Asimismo, algo más de 43.000 metros cuadrados se asfaltarán con mezclas bituminosas tipo SMA que, frente a las mezclas tradicionales, presentan unas excelentes propiedades resistentes, bajo nivel sonoro y mayor durabilidad. En este caso, además, se fabricarán con betunes modificados con caucho reciclado, lo que las hace aún más sostenibles.
Las mezclas SMA se utilizan preferentemente en las calles de mayor intensidad de tráfico y, en esta campaña, se utilizarán unas 3.550 toneladas de este tipo de mezclas.
Finalmente, sobre un tercio del total de la superficie pavimentada, se aplicará un tratamiento descontaminante fotocatalítico de alto rendimiento que permitirá la eliminación de alrededor de 4,2 kilogramos de NOx al año, lo que equivale a eliminar la contaminación producida por 42.000 vehículos diésel de forma anual.
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