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El pasado 30 de mayo, el Ayuntamiento de Madrid comenzó con la campaña de control de la galeruca en 11.000 ejemplares de olmos de la ciudad. Así, desde Soy-de Madrid hemos hablado con una de las organizaciones de referencia en cuanto al control de plagas a nivel nacional para conocer más de cerca a este insecto.
Jacinto Díez es el director de comunicación de Rentokil Initial. Lo primero que hemos querido preguntarle ha sido qué es la galeruca del olmo. Nos ha trasladado que se trata de "un insecto, coleóptero, escarabajo", que cuenta con diferentes fases desde que es una larva hasta que se convierte en escarabajo.
"No pica ni produce ningún tipo de alergia importante". Por tanto, la población puede estar tranquila porque no supone un peligro para la salud pública. Sin embargo, sí que tiene un riesgo importante para la población de Olmos de Madrid.
Las zonas más afectadas por este insecto es, básicamente, "donde haya Olmos". Teniendo en cuenta que la ciudad cuenta con unos 70.000 ejemplares de este tipo de árbol, las zonas críticas suelen ubicarse en zonas próximas a viviendas, parques infantiles o en centros municipales. No obstante, Jacinto afirma que el Ayuntamiento tiene controladas estas zonas, por lo que no hay riesgo.
No tiene ningún tipo de consecuencia para la salud pública ni para los humanos
Aprovechando que las hojas ya han brotado de los árboles, este es el tratamiento que se está aplicando desde el Consistorio. El director de comunicación de Rentokil nos explica en qué consiste.
"Una técnica que se utiliza desde hace unos cuantos años para todo lo que es el control de parásitos o de insectos que pueden afectar a los árboles". Básicamente, consiste en una 'inyección' al árbol en su tronco. Así, "se aprovecha el sistema vascular del árbol, por donde circula la savia para que, a partir de ahí, el producto biocida para penetrando en distintas zonas del árbol" hasta llegar a las hojas, que son el producto favorito de este insecto. Al comerlo, fallece.
Se trata de una técnica que no solo es muy segura, sino también muy poco contaminante, tal y como nos traslada Jacinto. La cantidad de producto que se aplica está muy controlado, lejos de la proyección directa que se ejercía antiguamente en el tronco del árbol y todas sus hojas, siendo más nocivo.
Lo primero que se debe hacer es notificar al Ayuntamiento. A pesar de que no produce picaduras ni enfermedades, puede llegar a ser "muy molesto", ya que "se cuelan por la ventana" al sentirse atraídos por la luz.
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