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"No son restaurantes. Son un montón de cocinas metidas en un búnker cerrado"
Hablamos con Santiago Navas, vocal de la Plataforma de Afectados por las Cocinas Fantasma en la Calle José Calvo

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Santiago Navas, vocal de la Plataforma de Afectados por las Cocinas Fantasma en la C/ José Calvo

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No es la primera vez que en Soy-de Madrid hablamos sobre las tan conocidas cocinas fantasma. Hoy, charlamos con el vocal de la Plataforma de Afectados por estos establecimientos en la calle Calvo Sotelo, Santiago Navas, ante un enorme socavón que apareció en la calzada anexa a las cocinas fantasma.

Lo primero que ha querido trasladarnos Santiago es que este enorme agujero se encuentra "prácticamente en la puerta" de estas cocinas fantasma. Conocen por personas que llevan en el barrio toda una vida que, anteriormente, hubo un refugio aéreo de la Guerra Civil y que, posiblemente, "esté ahí abajo".

De ahí que el problema podría haber sido todavía mayor, a la Plataforma de Afectados les avergüenza, ya que han avisado al Ayuntamiento en reiteradas ocasiones "para ver si sabían si ocurría algo" y también para saber qué iban a hacer.

No obstante, "no dieron ninguna señal". El único trabajo realizado en el área afectada fue por parte de los vecinos que colocaron unas vallas de plástico y una cinta ante el temor de que cualquiera pudiera caer en el socavón. Mientras tanto, "seguían circulando los riders y camiones de reparto y alguno intentó pasar por encima, aunque no lo llegaron a hacer". Sin embargo, Santiago nos traslada cómo sí que han pasado coches, aunque no saben cómo lo han hecho.

La relación de las cocinas fantasma con este agujero es que esta vía es pequeña, de paso para los vecinos, con un tráfico muy reducido. "Desde que tenemos los camiones de carga y descarga, ha aumentado la afluencia de bicicletas, motos e, incluso, vehículos". Como consecuencia, el asfalto se resiente. Y suponen que, tanto por la posición donde se ha creado el hueco y el peso de los vehículos que pasan por esta calle, "ha provocado que se debilitase y que se originase el agujero", sentencia.

Desde el Ayuntamiento nos han contestado que no ven ninguna irregularidad, cuando nosotros las estamos viendo a diario

¿Cómo afecta a los vecinos la concentración de cocinas fantasma en sus barrios? Santiago nos traslada que es una situación que tiene consecuencias inmediatas desde la apertura de estos locales. "Sobre todo, los olores." A pesar de que hay una chimenea muy alta, que cumple con el reglamento establecido para las cocinas fantasma, "echa unos olores que no se pueden aguantar". Incluso nos habla de que cuando llega el buen tiempo, como está ocurriendo ahora, al abrir las ventanas "el viento empuja hacia abajo el humo y entra en todas las casas".

Otra de las problemáticas que causa a los lugareños es el ruido que generan los camiones de carga y descarga. "A partir de las nueve de la mañana y vemos reservas de sitios desde las ocho", lo que produce "ruido, mucho jaleo...". También destaca la ocupación de la vía pública en lo que, reitera, es una calle estrecha. Ya ha habido algún problema entre vecinos y repartidores.

"Se ponen en las aceras, en los aparcamientos, ocupan la plaza reservada para minusválidos..." y, claro, al intentar pasar, algunas personas, sobre todo, aquellas con movilidad reducida, han tenido muchas dificultades. Así, nos traslada que algunos de ellos han contestado de manera inadecuada y, en consecuencia, los vecinos han llamado a la Policía, pero nos asegura que "no vienen".

A pesar de haber reclamado al Ayuntamiento con los correspondientes trámites administrativos, la contestación les ha llegado tres meses después apuntando que desde el Ayuntamiento "no han visto ninguna irregularidad. Cuando nosotros estamos viendo a diario. Ósea, no sé a qué habrán venido". Nos apunta, de nuevo, que desde el Consistorio lo que han hecho ha sido "Nada, absolutamente nada". Nos traslada cómo a pesar de que el concejal de Tetuán les dio la razón, "todo está de acuerdo con las licencias". Por ello, el problema está en la actual legislación.

Las licencias que utilizan son para restaurantes, pero estos "no son restaurantes, son un montón de cocinas metidas en un búnker cerrado". A pesar del intento de cambiar la normativa, "lleva ya más de un año en estudio, valoración, propuesta, discusión... y así va a estar, posiblemente, hasta 2023".

Además, y a pesar de que "va a ser más estricta", aunque menos de lo que a los Afectados les gustaría: "no se va a aplicar, en ningún caso, con carácter retroactivo". De esta manera, las grandes cocinas existentes hasta ahora, "se quedan fuera y desreguladas completamente".

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