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“Nunca me planteé que la música fuera una manera de hacerse rico; mi plan era tocar en bares y ser feliz”
Diego Cantero, ‘Funambulista’, nos recibe en su casa
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Amanda Avilés @AmandaCoconutt

Sus letras despiertan. La mente. El corazón. Los recuerdos. La certeza. Los quizás. Las decisiones correctas y las equívocas. Despiertan el dolor que nos dejamos dentro, y las cosas buenas que siempre nos quedan por decir. Algo que intentamos que no nos pasara cuando le vimos, esperándonos en su templo, su hogar, con una sonrisa tranquilizadora y su compañera canina, Tula, a la que, asegura, “le encanta que le hagan caso” y a la que, efectivamente, le faltó tiempo para llamar nuestra atención.

Buscábamos no dejarnos nada por hablar con Diego Cantero, alma mater de ‘Funambulista’, que con la humildad de los genios nos recibió en Aravaca (Madrid), haciéndonos hueco en su ajetreada gira con ‘Dual’.

Retarse a sí mismo

‘Dual’ está siendo, sin duda, un punto de inflexión en la andadura de Diego, y no es para menos. Un disco con colaboraciones entre las que se encuentran los nombres de Dani Martín, Andrés Suárez, India Martínez o Pablo Alborán, entre otros diez reconocidos artistas del panorama musical nacional, no se hace todos los días. “La suma del talento y la experiencia de toda una vida de muchos de ellos” es el resultado, además del componente especial que tiene por ser un “recopilatorio de toda mi carrera”. La pregunta es cómo se supera un logro de tal calibre. Diego ríe, pero confiesa que sí se ha planteado la estrategia. “Tengo bastantes cosillas, pero quiero llegar con 30 o 40 canciones para elegir en un nuevo disco”.

Decenas de temas duermen en la alcoba de ‘Funambulista’ a la espera de que quiera alumbrarnos con ellos, y sin parar. “Cuando escribo me dejo llevar. En cualquier lugar, siempre estoy con la guitarra encima, o con el piano. No hago canciones del tirón, me nacen ideas que voy revisando. Tengo anarquía”, bromea, matizando que, si se trata de componer para terceros, “pongo unos márgenes, estudio quién es y quién es su público, y, sobre todo, qué lenguaje usa para comunicarse, porque me parece fundamental”. Un extra de su profesión que le divierte y le permite meterse “en otros mundos, de los que ‘Funambulista’ también se nutre”.

Diego Cantero durante la entrevista concedida a SoyDe / Imagen: redacción SoyDe

Cuando escribo, me dejo llevar. No hago canciones del tirón, me nacen ideas que voy revisando. Tengo anarquía

Sueño compartido

Diego coincide conmigo en algo -quizá no en lo único-, y es que estamos viviendo un ‘boom de cantautores’ que, de forma casi simultánea, empiezan a protagonizar las emisoras y a conquistar al público general. Andrés Suárez, Marwan, Rozalén (presentes en ‘Dual’) y el propio Diego son el vivo ejemplo de la ‘coincidencia’. “Creo que tiene un porqué”, nos intriga. “Somos una generación –que ya es bastante- que nacimos a la sombra de cantautores de los 90’s, como Pedro Guerra o Ismael Serrano, en los que nos fijamos cuando, por modas, dejaron de sonar en radio”, prosigue, “y hemos tenido un barbecho de más de diez años donde nos hemos tenido que buscar la vida”. Circunstancia a la que saca provecho: “nos da solidez y veracidad”.

La música va más allá

Continuamos hablando de ese ‘nicho de artistas’. Diego recalca más positivismo en una situación que, para otros, pudiese ser un hándicap. “No nos planteamos que la música fuera una manera, digamos, de hacerse rico y famoso, porque la gente a la que seguíamos no era así. Nuestros planes eran tocar en bares y ser felices”. Pasión que ha convertido en mantra, y que hace que las letras de ‘Funambulista’ se escuchen a la inversa; de dentro hacia afuera.

Recomienda a Jorge Marazu por su “voz increíble” y “sabiduría a la hora de componer”. Joaquín Sabina es su “más grande”, y espera que algún día “suene la flauta” y se suban juntos a un escenario. Promete que se dejará la piel sobre las tablas porque lo que ahora le viene “es un regalo”. Nos vuelve a sonreír. Sus promesas suenan a verdad. Su música, también. El artista y la persona se funden en un “muchas gracias por venir hasta aquí”, como si hubiera sido un esfuerzo. Iluso. Te esperamos, Diego, en todos aquellos recuerdos que podamos ir sumando.