Llega el buen tiempo, el calorcito y, cómo no, las vacaciones y el gasto incontrolado. ¡Cuidado!
Esto en ocasiones nos hace vivir situaciones difíciles, agobiantes y estresantes después de ese desenfreno, por lo que el amor de las vacaciones pasa a ser un desamor difícil de superar.
Tranquilo, estás a tiempo de remediarlo. De la misma manera que planeas las vacaciones, quedadas con amigos o salidas, coge un lápiz y un papel y vamos a hacer un presupuesto de gastos que no deberás pasar en ningún caso. Esto no significa que no puedas vivir el verano locamente, si no que sepas lo que puedes gastar de antemano, para asegurarte una vuelta más relajada.
Siempre hay que contar con los imprevistos para no llevarnos disgustos, pero si no surgen ¡no te los gastes! Deben volver de las vacaciones contigo.
Consejo: planifica con tiempo tus vacaciones y ahorra un poco cada mes con este fin y no necesitarás tirar de tarjetas de crédito ni pedir préstamos.