El mes de julio ha empezado de manera contundente en la política municipal. Por tercera vez, el Pleno de Cibeles ha celebrado el Debate sobre el estado de la ciudad de Madrid. Una sesión extraordinaria que, si bien tenía la pretensión de ser "constructiva", tal y como pedía antes el alcalde a la oposición, acabó por convertirse en una concatenación de reproches, donde uno de los más repetidos ha sido el tinte "triunfalista" del actual gobierno.
Actualmente, así es cómo se compone nuestro Consistorio. A pesar de que Más Madrid fue la corporación más votada, Almeida consiguió hacerse con el bastón de mando gracias a su coalición con Ciudadanos. Desde 2019 ha pasado mucho tiempo y, sobre todo, muchas cosas.
Por ello, el alcalde quiso comenzar su intervención con una sentencia que se está empezando a convertir en el emblema de su mandato: "Madrid está mejor en 2022 de lo que estaba en 2019", donde ha apuntado que el crecimiento de la "locomotora económica de España" ha sido posible a pesar del turbulento contexto (pandemia, crisis...).
No obstante, también apuntó que el desarrollo de Madrid debe ser "exponencial" y anunció medidas como la creación del Distrito Financiero, el 22º de la ciudad, que aunará las cuatro torres y Madrid Nuevo Norte, una rebaja en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), la municipalización de BiciMAD, y la Tarjeta Familias y la Madrid City Card, entre otras.
Una de las frases más repetidas por el regidor fue el porcentaje de ejecución presupuestaria de los distritos, que se ubica en el 90%, con un aumento del presupuesto de un 28% respecto al anterior. En este punto es cuando comenzó a vislumbrarse la confrontación que el alcalde pedía evitar al resto de grupos, ya que ante estos buenos resultados, Almeida hizo una comparación con la anterior legislatura, de Más Madrid.
Como colofón final de la hora y diez minutos de intervención, el alcalde mencionó distrito por distrito "un par de notas" en forma de medidas que se han efectuado. En resumidas cuentas, "tres años muy difíciles, tres años complicados, pero positivos dentro de todas las adversidades para la ciudad de Madrid". Además, destacó que somos de esos "pocos lugares en el mundo" que pueden decir que están mejor ahora que en 2019.
Llegó el turno de Luis Cueto, que lo primero que apuntó fue una frase que levantó las carcajadas de la Cámara: "Menudo ladrillo, señor Almeida". Citando al refranero español y queriendo destacar el "batiburrillo" informativo, "este es el clásico: los árboles, no nos dejan ver el bosque", sentenció.
Haciéndose valer de la página de Transparencia municipal, alabó la situación económica de la ciudad, pero destacó la diferencia entre los barrios con los datos del SMI, y las presuntas tramas de "los amigos y familiares de Almeida y Ayuso".
Según los datos obtenidos por el Ayuntamiento en el Panel, incidió en la situación de ese 42% de los hogares que "no podrían recurrir a nadie si se vieran forzados a ello": un 28% con problemas para llegar a fin de mes, un 15% tiene que pedir prestado o dejar de pagar un imprevisto, un 12% no se puede ir de vacaciones y un 7% no puede encender el aire acondicionado; algo que tiene consecuencias y es que "los menos favorecidos, se mueren antes".
El concejal del Grupo Mixto, antes conocido como Recupera Madrid, indicó que este debate debería haber sido sobre dos ciudades, con referencia a este 'abismo' entre "los que llegan y los que no llegan". Justamente, los que "van sobrados" serían los mayores beneficiados por la coalición municipal ante una "mayoría que llega con dificultades", poniendo el acento en los pagos a los que se ven obligados a hacer frente los ciudadanos en sanidad o educación privada "de la que se borrarían si funcionase" el sistema público.
Apuestan por poner el foco en cuatro aspectos: tráfico, limpieza, sanidad y contaminación, dentro de una "ciudad equilibrada" en la que "los que más tienen no lo pierdan, solo que compartan un poco y los que no tienen mejoren". Y, para ello y, sobre todo, para generar riqueza, más que las empresas privadas, el protagonista es "el Estado" y "los madrileños".
Finalmente, desde el grupo municipal de concejales no adscritos se preguntaron si desde el gobierno "¿Nos toman el pelo o es que no saben gestionar?", ante una lista de quehaceres que el Ayuntamiento acumula y lo "muchísimo" que "falta por cumplir". Destaca la "decepción" de los madrileños y las madrileñas que le habrían dado el "beneficio de la duda" en 2019.
Ortega Smith también comenzó mencionando el "extensísimo relato" de Almeida. No obstante, el portavoz ha incidido en la individualidad con la que se atribuye el gobierno municipal los éxitos mencionados, apuntando que ha olvidado "la generosidad y la veracidad u honradez en los datos que está dando", junto con un reconocimiento a que "parte de esos éxitos que usted apunta es porque usted está con el bastón de la alcaldía", obtenido gracias al apoyo de Vox.
Frente al "equipo sectario de extrema izquierda", Smith incidió en su papel determinante a la hora de sacar adelante diversas medidas. Para Smith "los hechos y la realidad" van a estar "delatando" al alcalde cada día ante el "capotazo" con el que Almeida intentó dejar atrás "el más profundo y descarado engaño a unos electores y a unas políticas que usted prometió defender".
El tiempo pre-electoral ya ha comenzado, con su correspondiente "maquillaje" en forma de "memes, fotos y discursos grandilocuentes". Las diferencias entre Cs y PP han sido puestas al descubierto, "por mucho que sonrían y se abracen". Desde Vox apuntan que "nos quiere hacer creer que todo está hecho o está por hacer" y, por ello, ha enumerado el apoyo e iniciativas que han impulsado frente al "sectarismo e imposición" que ha ejemplificado con "Carmeida Central".
Así, para Vox lo que falta, entre otras cosas, es la nulidad de los acuerdos con el Grupo Mixto, las ayudas a la adquisición de nuevos vehículos en el marco de Madrid 360 y la eterna promesa de la rebaja fiscal. "No se puede engañar tanto, todos los días y a todo el mundo", sentenció.
La batalla pre-electoral ya ha comenzado en nuestra capital
Llegó el turno de Mar Espinar. La portavoz socialista no solo reprochó al alcalde la situación de los profesionales sanitarios y de los centros de salud de la ciudad, sino que también recordó la estafa con las mascarillas al Ayuntamiento en plena pandemia. Así, Espinar apuntó que nos encontramos en una ciudad "sin alcalde" donde Almeida "ha optado por vender la ciudad al mejor postor", en la creencia de que Madrid, sus calles y sus barrios "son suyos".
Así, desde el PSOE se preguntaron dónde acaba el Ayuntamiento y empieza la Comunidad de Madrid en una ciudad que está "abandonada". La edil socialista apuntó que "hay zonas enteras de Madrid donde los vecinos se encuentran solos" y habló sobre la limpieza y el ruido: "alcalde, usted sigue permitiendo que los vecinos y las vecinas no puedan descansar", apuntó tras relatar una lista de demandas ciudadanas en los 21 distritos. Para Mar, el alcalde ha elegido a las empresas antes que a los ciudadanos.
Una de las señas de identidad de la intervención de la socialista fue la distinción entre PP y PSOE: "mientras Almeida se dedicaba a sus peleas internas y al espionaje", su partido no solo habría realizado toda una serie de acciones que suponían "estar allí donde usted no quiere estar", refiriéndose al alcalde. Finalmente, sentenciaba, "no somos iguales y nuestro tiempo se ha gastado de forma muy distinta al suyo y al de su equipo".
De esta manera, el socialismo habría estado junto con la ciudadanía, mientras que el alcalde habría dejado tirados a sus ciudadanos. "Ha tenido tres años para transformar la ciudad y no lo ha hecho; madrileños y madrileñas se sienten abandonados y se lo harán pagar en las urnas". Mar Espinar finalizó su tiempo de una manera muy firme: "Usted ha sido la mayor decepción como alcalde después de Ana Botella".
La vicealcaldesa comenzó su intervención señalando el "enfado" de Ortega Smith y Espinar, apuntando que no es sano trasladar las actitudes que se perciben en la Asamblea madrileña al Pleno de Cibeles y ha reprochado la credibilidad que se pierde en la confrontación política. Villacís ha agradecido los acuerdos realizados entre diferentes grupos políticos en aras del "progreso".
La portavoz naranja también quiso distinguir a su partido del resto de los que componen el Pleno apuntando que ellos sí que se han preguntado "lo que piensan los madrileños". "No es lo que digamos nosotros, es lo que digan los ciudadanos", tras apuntar el nivel de satisfacción de los madrileños y las madrileñas. Posteriormente, como vicealcaldesa, y tras destacar los logros de la ciudad con el gobierno de coalición, distinguió esta fórmula de mandato: "no creo que los gobiernos monocolor funcionen igual".
Lo que les definiría como gobierno liberal sería que, además de tener una buena relación con el PP y, aún así, competir, porque "es sano" y "creemos en esta ciudad", también lo hacen "en cada uno de los 3 millones de madrileños". Ciudadanos sería el "centro fuerte" y "necesario", que ha pactado con todos los grupos políticos del Pleno y sin el que no hubiese sido posible "la política del acuerdo", frente a la "política del insulto".
Si bien "no creemos en las colectividades", sí lo hacen en "las personas" que "como liberales, vamos a confiar en ellos". En respuesta a la "dicotomía falsa" que proponía Mar Espinar a Almeida, Villacís se mostró contundente: "No entendemos que haya que elegir entre vecinos y empresarios, porque los empresarios son vecinos y muchos de los vecinos trabajan para los empresarios", porque "son todos Madrid".
Finalmente, pidió a los grupos que "dejen de enfrentar a la sociedad" y que "dejen de plantear dicotomías falsas entre izquierdas y derechas, entre hombres y mujeres". Tras anunciar uno de los nuevos proyectos, invitó a todos los concejales a su presentación, lejos de "enfados impostados" y animando a "disfrutar de la ciudad que amamos, que es Madrid".
Por último, pero no por ello menos importante antes de comenzar con la ronda de vuelta, le tocó el turno a la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre. La líder de la oposición se mostró muy firme "creo que el balance no se puede medir en datos abstractos ni discusiones ideológicas", sino "en mejoras".
Tras afirmar que "Madrid es la mejor ciudad del mundo para vivir", pero destacó que hay que poner el foco en "mejorar esa cuasi perfecta ciudad e intentar acercarla a la perfección completa", que es "para lo que nos pagan a todos los que estamos en este Pleno".
Ha resumido el gobierno de Almeida como "tres años de contemplación, uno de anuncios y un total de 0 años de hechos", con un balance "pobre, nefasto, sin proyecto, sin nada" y un "mandato perdido sin avances sustanciales". Apuntó el "interés personal" del alcalde frente al interés por los ciudadanos. En este tiempo, habría vuelto a Madrid "el despilfarro, los comisionistas, el espionaje, el uso partidista de las instituciones de todos, el gasto desmedido en asesores y propaganda institucional".
Señaló la escasez de mejoras y problemas de los madrileños y las madrileñas como son la vivienda, la crisis, el empleo, la contaminación, la educación y el urbanismo, entre otros. Sobre todo, destacó la "enorme deuda con los jóvenes" a los que "no tiene nada que ofrecerles". La ciudad a la que aspira Más Madrid es "de oportunidades, no de privilegios. Una ciudad donde los jóvenes puedan encontrar una oferta formativa cada vez mejor y oportunidades de trabajo, independientemente de dónde hayan nacido, vengan de donde vengan, vayan al colegio que vayan”.
Finalmente, sentenció que el mandato lo valoran los ciudadanos y que estos "no tienen ninguna razón para seguir confiando" en este equipo de gobierno. Por ello, en los comicios que tendrán lugar el próximo año 2023 los madrileños y las madrileñas elegirán entre dos modelos, siendo el proyecto de Más Madrid "la única alternativa a los gobiernos del PP que se llama Más Madrid y habla de progreso, futuro, feminismo y un reparto justo de la riqueza". "Queda muy poco tiempo, vamos a por ello", concluyó.
El alcalde reiteró esta comparativa al cierre del debate: "Dentro de un año hay un proyecto de centro derecha libera y otro que es la Barcelona de Ada Coláu", una situación en la que se siente convencido de que "los madrileños le responderán como hace 30 años están respondiendo en las urnas".
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