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“Como paciente, Ifema fue mi salvación”. Es la experiencia de Susana, una madrileña como tantas otras que han vivido en primera persona los estragos del coronavirus.
Acudió a Urgencias, donde se topó con una estampa más propia de un conflicto bélico y, tras tres días sentada en una silla de plástico, le comunicaron su traslado al hospital de campaña instalado en el recinto ferial. “Cuando nos dijeron: ‘os vais a Ifema’, vimos el cielo abierto”. Reconoce que la llegada a la instalación levantada en cuestión de días por la Comunidad de Madrid y el Ejército le impactó, pero nada comparado con la impresión que le provocó la atención recibida. “El trato humano es impresionante. El grupo médico nos despide entre aplausos y nos agradece que les hagamos sentir útiles”.
Susana solo tiene palabras de agradecimiento para quienes han cuidado de ella dejándose la piel, pese a las dificultades de no contar con material que les proteja. Su vivencia le ha servido de aprendizaje, un aprendizaje que considera debería aplicarse la clase política. “El pueblo español se ha puesto muy por encima de los políticos. Les hemos dado una lección”.
Ahora, insiste, “tenemos que remar todos a una”. El tiempo de exigir responsabilidades vendrá después. por lo pronto, Susana, te deseamos una pronta recuperación.
El pueblo español se ha puesto muy por encima de los políticos. Les hemos dado una lección