La compañía vasca Markeliñe interpreta los días 18 y 19 de febrero cuatro funciones en la Sala El Mirlo Blanco del Teatro Valle-Inclán de una obra familiar que muestra los recuerdos del mundo rural y expone el valor del trabajo de la mujer en este ámbito.
Así, se presenta a una muchacha que se enfrenta a la idea de vender el caserío familiar. Recorriendo sus habitaciones llega al desván, su antiguo refugio y laberinto de juegos cuando era niña. Allí los objetos abandonados espolean su memoria, además de despertar al ‘espíritu’ de la casa. Hechos que remueven en ella sensaciones aletargadas, recuerdos de seres queridos ya fallecidos y los sonidos rurales.
El montaje se adentra en la búsqueda de la identidad personal por medio del miedo
Y es que, con música en directo, el montaje se adentra en la búsqueda de la identidad personal por medio del miedo a perder el legado histórico, las tradiciones, la cultura ancestral… Se trata de una mirada respetuosa a nuestros antepasados para realizar una reflexión acerca de la necesidad de conservar el patrimonio familiar y folclórico que ha moldeado la sociedad moderna.
La formación Markeliñe cuenta con más de 30 años de experiencia teatral. Se ha especializado en teatro gestual y visual dirigido tanto a grandes como a pequeños. En el año 2000 fue reconocida con el Premio Max al Mejor espectáculo infantil por La vuelta al mundo en 80 cajas, en 2017 recibió el Premio FETEN al Mejor espectáculo por Lluvia y en 2020 ganó el Premio FETEN a la Mejor música por Crusoe.
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