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El día 15 de agosto, a eso de las 19:00 horas, la plaza principal de Navacerrada verá partir a Juan Antonio Quintana. Será el punto de inicio que le llevará, durante 120 kilómetros, a completar un recorrido en el que disfrutará de parajes como el Reventón, la Maliciosa, la Bola del Mundo o el pico de Peñalara. En total, unos 6.000 metros de desnivel positivo y el objetivo de cerrar la prueba en menos de 22 horas. Pero, ¿quién, en su sano juicio, se enfrenta a un reto de tal tamaño?
La motivación de este deportista fuenlabreño viene ligada a la historia de su madre. Hace cuatro años, a la madre de Juan Antonio le diagnosticaron Fibrosis Pulmonar Idiopática, “una enfermedad muy grave, muy seria”, como nos explica el propio ultrero. El fin de este proyecto es, únicamente, que la gente ponga nombre a esta enfermedad tan dañina.
Por ella, por su madre, y por los cientos de enfermos que viven su día a día con la Fibrosis Pulmonar Idiopática, Juan Antonio se lanzará a la aventura de conquistar la Sierra del Guadarrama. Lo hará sin la intención de recaudar fondos, ya que “estamos en una época bastante complicada con el tema del coronavirus”. Por ese motivo, asegura que el objetivo final es dar a conocer la enfermedad: “todo lo que pueda hacer por darles un poquito de aliento a estos enfermos que necesitan mucho apoyo y cariño, lo haré”.
No será la primera vez que Juan Antonio Quinta se enfrente a la montaña. En su haber, por ejemplo, se encuentra el haber completado la Ultra Pirineu 2019 en unas 17 horas. Perteneciente al Club Runneando, reconoce que “la cabeza, para mí, es el 80% de una prueba de este tipo”. Es, precisamente, la cabeza la que le hace levantarse, los fines de semana, a eso de las 2 de la mañana: “nos pegamos nuestras buenas machacadas, tenemos entrenamientos largos, muy estrictos, de los que no te puedes saltar ninguno”.
Me gusta el sufrimiento, en términos deportivos. Me gusta mucho esa sensación que tienes después de un palizón, que no tienes nada, no tienes energía
Lo hace siendo padre y trabajando en el Hospital de Fuenlabrada. “Intento conciliar entrenamiento y familia, porque nuestros entrenamientos son muy exigentes y muy largos, sobre todo, los de montaña. Y, si no concilias y te quitas horas de sueño, eso repercute a nivel familiar. Y yo llego de entrenar y están mis hijos esperándome para darme un palizón”, explica Juan Antonio.
El madrileño afrontará este reto personal ante la imposibilidad de correr las seis pruebas a las que estaba apuntado. Aficionado a los Ultra Maratones por montaña, reconoce que “engancha mucho si te gusta entrenar, si te gusta la naturaleza y te gusta el machaque. A mí, me gusta el sufrimiento, en términos deportivos. Me gusta mucho esa sensación que tienes después de un palizón, que no tienes nada, no tienes energía”.
El reto que llevará a cabo Juan Antonio contará con un toque sentimental, el aliciente principal de una prueba en la que no estará solo. Por ahora, cuenta con 15 amigos y compañeros que le seguirán en alguno de los tramos del recorrido: “los tramos más complicados se los dejo a la gente de mi equipo. Estoy organizando el tema del recorrido dependiendo de las condiciones físicas de cada persona”.
También, espera que su padre, corredor de maratones durante toda su vida, le siga en algún kilómetro. Su madre, por su parte, se siente muy ilusionada con la iniciativa de su hijo. Hasta ese 15 de agosto, Juan Antonio Quintana sigue entrenando -de la mano de una leyenda de estas carreras como Nerea Martínez-, cerrando los últimos detalles de un evento que, además, quedará grabado en vídeo para la posteridad. La lucha contra la Fibrosis Pulmonar Idiopática llegará a lo más alto de Madrid. ¡Todos correremos contigo, Juan Antonio!