Comencemos con los resultados. En España, el estudio fue realizado en el año 2021 en colaboración con Ecologistas en Acción, la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (FRAVM) y el Grupo de Acción para el Medio Ambiente (GRAMA) y coordinado por Zero Waste Europe. Tras varias campañas de recogida de muestras biológicas en el entorno de la incineradora municipal, se han analizado por un laboratorio acreditado en Holanda y se ha llevado a cabo por primera vez una monitorización y estudio de la presencia de sustancias peligrosas emitidas: dioxinas y furanos, hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y sustancias per y polifluoroalquiladas PFAS. Por suerte, este proceso continuará en 2022.
La incineradora pertenece al Ayuntamiento de la capital. Creada en 1996, actualmente quema una media de 900-1000 toneladas de residuos al día, con tres hornos en operación. Valdemingómez viene incinerando más de 300.000 toneladas al año desde 2018
Los resultados para los huevos detectaron un nivel de dioxinas de 13 picogramos por gramos de materia grasa, superando ampliamente el nivel regulado en la Unión Europea de 5 picogramos. Por tanto, no sería aconsejable el consumo humano. Los resultados en los musgos muestran concentraciones muy elevadas, siendo significativamente más altos que otros realizados en Europa en 2019-2021. Se muestran dioxinas muy elevadas, 20 veces superior en comparación con la fuente de referencia (situado a cuatro kilómetros).
Cabe destacar los altos resultados de contaminación por PFAS en las agujas de pino carrasco, diez veces superiores a las encontradas en árboles de la misma especie situados a cuatro kilómetros (fuente de referencia). Igualmente destacan los elevados niveles de dioxinas (PCDD) 75 veces veces mayor en comparación con la fuente de referencia. Tanto el estudio completo como los resultados de manera detallada y precisa se encuentran íntegramente aquí.
Algunas de las sustancias encontradas al ser peligrosas para la salud pública y el medio ambiente, tienen límites legales de emisión que son medidos de manera esporádica en la chimenea en funcionamiento, pero no en situaciones transitorias como pueden ser el apagado de hornos o las paradas por mal funcionamiento. En Valdemingómez, por ejemplo, nunca se había realizado una biomonitorización, ni humana ni biológica; a pesar de que en el Plan Estratégico Salud y Medio Ambiente (2021) se establezca la humana como una herramienta de vigilancia. Sin embargo, esta no es obligatoria para las incineradoras.
Así, tanto Ecologistas en Acción, la FRAVM y GRAMA consideran que los resultados arrojados justifican "la imperiosa necesidad de cierre", junto con un cambio de gestión de residuos en la ciudad y también en la región. La principal zona habitada más cercana es la Cañada Real Galiana. Según el Comisionado de la Comunidad, 7.283 personas viven allí. Además de carecer de servicios básicos como son el agua potable o el suministro eléctrico, los vecinos tienen que convivir con la polución que sale de la planta de Valdemingómez.
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