Ayer, Día Mundial del Arte, París observaba conmocionada el incendio en uno de sus monumentos más icónicos: la Catedral de Notre Dame. Junto a París toda Francia y el mundo veía cómo caía su aguja devorada por las llamas sin poder salvar esa joya del gótico francés. El incendió se declaró sobre las 18:50 en la zona donde había instalados unos andamios con motivo de las obras de restauración que se estaban realizando, aunque el arquitecto responsable aseguró que no había operarios trabajando cuando ocurrieron los hechos. Estas llamas no fueron completamente sofocadas hasta bien entrada la madrugada, aunque los bomberos aseguraron que salvarían las dos torres y, afortunadamente, lo consiguieron. Según han asegurado “la estructura de la catedral está salvada en su totalidad”, pero el interior se encuentra gravemente deteriorado.
Las causas del incendio son desconocidas por el momento. La Fiscalía ha abierto una investigación judicial por “destrucción involuntaria”, ya que todo señala que podría tratarse de un accidente. También se baraja la posibilidad de que algún material o producto utilizado en las obras de restauración produjera el inicio del fuego. La actuación de los bomberos fue clave, arriesgando su propia vida al entrar al interior para extinguirlo desde dentro. Se consiguió salvar algunas de las obras de arte más importantes que se encontraban en su interior, así como reliquias religiosas que custodiaba, la corona de espinas y la túnica de San Luis. Aun así, tanto la cubierta como la aguja se han perdido completamente, así como las vidrieras o daños en algunas obras de arte, que tendrán que ser restauradas. Según el vicario general de la archidiócesis de París, el monseñor Philippe Marsset, aseguró al diario Le Figaro que “el exterior está en pie, pero por dentro todo es negro”. De hecho, ahora que el peligro del fuego ha sido sofocado, se abre la pregunta de si la estructura será capaz de resistir.
Labores de extinción del incendio / Pompiers de Paris
Reconstrucción de la catedral
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, no ha tardado en pronunciarse con respecto a esta catástrofe, asegurando que la catedral será “reconstruida entre todos”. Desde el Ayuntamiento de Paris se ha puesto en marcha una operación para salvar las obras de arte. Por su parte, el gobierno estatal dispondrá de un fondo para hacer posible la reconstrucción, el cual está vinculado a la lotería. Pero lo más llamativo ha sido el gran número de donaciones privadas desde ayer. De hecho, la Fundación del Patrimonio lanzará desde este martes una colecta para la reconstrucción de la catedral y la UNESCO, la organización enfocada en la cultura de la ONU, ha asegurado que prestará su apoyo para rehabilitarla.
Esta restauración llevará años para completarse, probablemente se deberá reforzar la estructura que se ha salvado, además abrirá un debate de cómo realizar esta intervención. ¿Se debe reconstruir imitando a la original o reinterpretándola? Ya que, evidentemente, si se reconstruye exactamente igual no tendrá el valor histórico y artístico que ha tenido hasta ayer.
Arde un símbolo
Independientemente de las creencias religiosas, el incendio de Notre Dame ha encogido el corazón de los que vieron su estructura devorada por las llamas. Esta joya del gótico francés es el culmen del estudio arquitectónico que permitió realizar unos edificios altos y majestuosos por el descubrimiento del arco ojival. Las pequeñas y oscuras iglesias románicas dieron paso a las altas y luminosas catedrales góticas. Notre Dame era y, a pesar de todo, sigue siendo, el perfeccionamiento a lo largo de los años de esta forma de construir.
Desde la Edad Media a acompañado la ciudad de París desde su ubicación en la Île de la Cité, observando el transcurrir de la historia. Un monumento no es sólo la piedra, realmente podemos decir que esta catedral, por ser un símbolo de la capital de Francia, no podrá morir, aunque ayer lo hizo un poco. Y no podrá morir porque forma parte de la historia, siendo protagonista en ciertos momentos como la beatificación de Juana de Arco o la coronación de Napoleón. Sus campanas anunciaron alegres la retirada de la ocupación nazi. También fue inmortalizada por Víctor Hugo en “Nuestra Señora de París” en el siglo XIX, cuando los edificios góticos volvieron a ser escenarios de leyendas por los románticos. En ese momento en el que se apelaba a los símbolos para despertar el sentimiento patriótico romanticista, Notre Dame, como otros muchos monumentos, se convirtió en parte de la identidad de un lugar. Pero, sobre todo, es una pieza clave de la Historia del Arte y, por ello, ayer la celebración del Día del Arte terminó con el alma encogida.