Esta mañana el distrito de Usera amanecía con un nuevo espacio cultural que se lleva reclamando desde 1994 cuando se montó la biblioteca del Albergue de San Fermín. Hoy, 28 años después, se ha inaugurado la Biblioteca Pública Municipal de San Fermín que por fin se hace realidad tras varios años de lucha mediante un proceso participativo que recogió las demandas y necesidades vecinales.
El edificio cuenta con 4 plantas de forma rectangular y el Ayuntamiento ha invertido 5 millones en su construcción, instalación y equipamiento, como parte del Plan Estratégico para la Red de Bibliotecas municipales, donde 2 de esos millones provienen de los sonados fondos FEDER. El propio edificio genera la energía para mantener su actividad y reducir la huella energética mediante paneles fotovoltaicos instalados en la cubierta, dando lugar a lo que se conoce como edificio de consumo de energía casi nulo, a cuyo concepto de sostenibilidad se suman la jardinería y el aparcamiento de bicicletas.
Desde sus inicios se planteó el proyecto como un "edificio singular" y un símbolo para los vecinos, de manera que "recogiese su historia". Está ubicada en la avenida de San Fermín, 10, y se ha convertido en una de las bibliotecas más grandes de la ciudad con una superficie útil de 2.500m2 . También cuenta con zonas verdes, biblioparque y una terraza en la planta superior con un jardín sostenible. Incluso, tiene también una casa del árbol.
El tesón de los vecinos ha sido recordado tanto por el alcalde y la vicealcaldesa en sus palabras. Almeida, por su parte, ha "homenajeado" a los vecinos: “los vecinos de este barrio de San Fermín, desde hace muchos años luchaban y querían esta biblioteca y no dejaron de soñar con poder tenerla”. Villacís ha calificado la biblioteca como "histórica por su ausencia" y también como "extraordinaria" por la participación de los vecinos que "quisieron decidir cómo era este espacio y que llevase el nombre de su barrio".
La biblioteca se va a convertir en un referente y un símbolo de la identidad del barrio de San Fermín y de los madrileños - Almeida
La organización del edificio va en función de los diferentes niveles de ruido (de mayor a menor); para asegurar una buena convivencia y multiplicar sus usos. En la planta baja está la entrada, un espacio diáfano donde podemos encontrar la zona de prensa y publicaciones, zona de Internet, área de descanso, biblioteca infantil-bebeteca y, finalmente, los despachos.
En la primera planta está un mirador, la sala de préstamo con una sala de juvenil y otra de cómic, salas de trabajo en grupo y un espacio polivalente mediante un sistema de paneles acústicos con posibilidad de configuración. Destaca la casita del árbol, el rincón más original y atractivo. La planta segunda está dedicada principalmente a sala de lectura, un gran espacio con numerosos puestos que se abre a una terraza transitable con una superficie ajardinada.
De esta manera, el resultado ha sido un equipamiento digitalizado y de concepto abierto que "responde a las necesidades de los vecinos" del distrito y "que da identidad al barrio". Una biblioteca que Almeida cree que “se va a convertir en un referente” y “un símbolo de la identidad del barrio de San Fermín y de los madrileños”. Para Villacís es “probablemente, la biblioteca más bonita que tiene la ciudad de Madrid”.
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