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“Small town predicts my fate…”, canta Pearl Jam en una de sus canciones más icónicas. Una letra que, seguro, ha cantado, alguna vez, la diputada de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Patricia Reyes, aficionada al grupo estadounidense, como nos confiesa. A sus 44 años, esta abogada canaria sabe, perfectamente, lo que es que un pueblo pequeño cambie su destino. Boadilla del Monte hizo que su carrera política se relanzara hasta acabar defendiendo las políticas de mujer en Madrid.

Dice, de ese cambio, que le gusta, “ya que aquí hemos tenido la oportunidad de cambiar muchas cosas sin ser gobierno, como los permisos de paternidad que han aumentado a 5 semanas de 2 semanas en sólo 2 años”.

Se considera feminista, siguiendo el ejemplo de su madre y su abuela, a las que define como “mujeres independientes”. Ella ha abanderado el nuevo proyecto de Ciudadanos con la gestación subrogada.

Aprender en el camino

No se esconde al reconocer que “yo tenía prejuicios absurdos hasta que conocí lo que era la gestación subrogada, hasta que conocí a mujeres que habían ayudado a otras personas a tener hijos”. Un modelo altruista, nos explica, en el que las gestantes sean mujeres mayores de 25 años, hayan dado a luz previamente y cuenten con una solvencia económica.

Un proyecto en el que Ciudadanos se ha encontrado solo, sin el apoyo de formaciones que han encontrado matices en un tema muy complejo. “Estamos generando desigualdad. Los contratos de gestación subrogadas no están prohibidos, son declarados nulos. Hay gente que puede permitirse salir de España, pero hay mucha gente que no. ¿Por qué?”.

‘Vientres de alquiler’

Patricia Reyes se muestra muy dura con la actual vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, a la que acusa de insultar a las familias que recurren a este método: “cuando habla de ‘vientres de alquiler’ les está insultando”.

Una dureza que mantiene con Irene Montero, quien ha criticado su modelo de gestación subrogada. Esgrime que la diputada por Podemos “no se ha leído nuestra ley”, aunque se muestra abierta a negociar con cualquier formación.

Ley LGTB

El Congreso permite legislar, como bien nos comentó, pero los tiempos lentos marcan el ritmo de la vida política nacional. Como es el caso de la Ley LGTB: “espero que antes de que acabe la legislatura, esa ley esté aprobada porque así nos comprometimos con las asociaciones”.

Un compromiso, en concreto, con la FELGTB, asociación de la que partió una ley que beneficiaría al conjunto de la sociedad española. El consenso será imprescindible para llevarla a cabo.