El protocolo establecido estaba claro. En primer lugar, tras la fuerte nevada que trajo la Borrasca Filomena se estableció como prioritario abrir zonas de emergencia, como el acceso al Centro de Salud, que se realizó el mismo sábado 9 de enero. Después, hubo que ir despejando el resto del municipio, para recuperar la movilidad. A día de hoy, casi todas las calles se encuentran despejadas, aunque continúan los trabajos municipales y se sigue esparciendo sal. Eso sí, en los peores momentos, hubo zonas más difíciles de abordar.
El lunes, el acceso a Las Colinas ya estaba despejado
El acceso a la zona de Las Colinas “es muy complicado”, aseguraban desde la Policía Local, que explicó en redes sociales que, el mismo 9 de enero se intentó acceder con máquinas propias y solamente se alcanzó un tramo. En este sentido, los agentes se encargaron de recordar que los Servicios de Emergencias de la Comunidad de Madrid ya estaban avisados de la necesidad de un quitanieves para acceder a esta zona, pero había que comprender que se estuviesen “priorizando situaciones más adversas”.
Ya el domingo, un quitanieves trabajó en esta tarea en la M-407, pero, según el consistorio, “solamente estuvo hasta mediodía” por lo que también se emplearon medios municipales para despejar de nieve toda la zonas. “El lunes ya estaban todos los accesos abiertos, incluidas Las Colinas”, comunican desde el consistorio moralejeño.