Parece que el frío no asusta a nadie. De Móstoles a Edimburgo, así ha viajado José Troyano que no ha querido perderse la aventura de vivir un tiempo fuera del hogar. Y eso que, como decíamos, el frío aprieta bastante por esas tierras, pero no hay mal que por bien no venga.
Nuestro mostoleño se encuentra en Edimburgo trabajando en dos sitios diferentes como camarero, “cuando llegué aquí tuve que ponerme a buscar trabajo lo más rápido posible. Un amigo de mi primo conocía una cafetería que tenía un puesto libre de camarero y no me lo pensé dos veces. Además, busqué otro trabajo más, y conseguí un puesto en un restaurante tailandés a través de una página de empleo de Reino Unido”, nos cuenta José.
El mundo es un pañuelo
Cuando viajamos a distintos sitios nunca nos imaginamos que, en tierras extranjeras, podamos encontrarnos a alguien conocido, pero siempre cabe la posibilidad de encontrarnos a ese amigo con el que llevábamos tiempo sin hablar, o con ese primo lejano que vemos de vez en cuando en reuniones familiares.
En este caso nuestro mostoleño ha vivido una experiencia parecida. “Cuando llegué aquí sentía que todo era muy diferente, que me costaría adaptarme, pero de repente, me sorprendí de la cantidad de españoles que hay en Edimburgo. Ya me he encontrado con unas cinco personas que, hablando con ellos, resulta que tengo amigos en común en España. Y eso que Edimburgo es una ciudad más o menos grande, y debería ser más complicado cruzarte con alguien conocido por la calle, pero está visto que no”, nos cuenta entre risas José.
Reuniones españolas
España es un país muy alegre, donde las reuniones, las quedadas y los encuentros son muy comunes. Somos envidiados en muchos países por nuestras costumbres, nuestra forma de divertirnos, pero sobre todo nuestro “tapeo”.
Ese concepto de domingo en una terraza tomando un refresco con una tapa solo se ve aquí y, por ello, no es de extrañar que cuando uno viaja al extranjero lo eche de menos. “Echo de menos una buena comida familiar y tapear con mis amigos. Echo en falta esa facilidad que tenemos los españoles para reunirnos con nuestros seres queridos para comer y beber. Aunque sobre todo echo de menos a mi familia y a mis amigos”, nos cuenta nuestro mostoleño.
José nos asegura que volverá. De hecho, cree que en verano estará ya instalado en España, de nuevo. Reconoce que Edimburgo es precioso y que los escoceses son mucho más abiertos y amables de lo que nos imaginamos. “Es una ciudad con mucha vida, y a la que volveré sin dudarlo”. Sólo nos queda desearte mucha suerte. ¡Te esperamos José!