El acoso escolar es un problema a escala mundial. Así lo ha retratado la Unesco en numerosos informes, arrojando datos que muestran aumentos de casos de Bullying de casi el 20% en 2017. Según el Organismo de las Naciones Unidas (ONU), dos de cada 10 alumnos lo sufren, o lo que es lo mismo, alrededor de 246 millones de jóvenes, niños y adolescentes, padecen este tipo de hostigamiento en las aulas. Solo nosotros somos parte de la solución y desde la Policía Municipal de Móstoles quieren poner a disposición de los centros educativos toda la ayuda posible.
Por ello, desde su Área de Mediación y Seguridad Ciudadana, trabajan en el Plan Integral de Seguridad en el Entorno Escolar (PISEE). Un proyecto en el que participan prácticamente todas las unidades del cuerpo mostoleño, y que busca garantizar la convivencia en los centros escolares de Educación Secundaria Obligatoria.
Cerca de los alumnos
Para conocer la labor que realizan, tanto dentro como fuera de las aulas, hablamos con Roberto, uno de los agentes que forma parte de la Unidad contra la Violencia de Género y Protección Social, encargados de impartir charlas en los institutos de Móstoles. Junto a él, otros cinco compañeros velan por el bienestar de los escolares, colaborando con su formación. “Ofertamos contenidos que podrían ser de interés para los institutos, como Violencia de Género, Acoso Escolar o el Uso de Internet y Redes”, nos explica Roberto. “Trabajamos en los tres primeros cursos de secundaria. Nos desplazamos hasta los centros que nos lo solicitan y les impartimos charlas. Intentamos que sean lo más atractivas posibles, a través de vídeos y noticias reales que les hagan tomar conciencia de los problemas a los que se pueden estar enfrentando”. Es esa dosis de realidad, junto a la cercanía con la que tratan los agentes a los alumnos, la que está dando verdaderos frutos. El número de conflictos y casos de acoso escolar en las aulas mostoleñas está disminuyendo progresivamente. Una tendencia a la baja que anima a agentes como Roberto, Lurdes o Ana, a seguir prestando ayuda en los institutos.
El trato con los chicos y chicas les ayuda a detectar diferentes problemas, aunque muchos de ellos se solucionan mediante la interacción de estos profesionales durante las charlas. “Son muy participativos, y si alguno necesita hablar con nosotros después de la charla porque no ha sido capaz de abrirse al grupo, siempre estamos para ellos”. Roberto afirma que son muchas veces los propios alumnos quienes ponen sobre la pista a los agentes sobre posibles casos de acoso escolar. “Si alguno se siente acosado, nos ponemos a su disposición, a la de los padres y la de directores y profesores. Otros vienen a informarnos de lo que le está ocurriendo a otro alumno, y es algo que tratamos de fomentar, que quien informa no es un chivato, sino un buen compañero”.
Algunas medidas es el control en las zonas escolares / Policía Municipal de Móstoles
De Finlandia a Móstoles: el Método KiVa
Y es que con el Plan PISEE, la Policía Municipal de Móstoles quiere dar un paso más en la lucha contra el Bullying. Los agentes se han formado específicamente en materia de acoso escolar, y actualizan sus conocimientos constantemente para poder prestar la mejor atención posible. Y lo hacen a través de métodos como el KiVa, una de las propuestas más prometedoras en este sentido. De origen finlandés, basa su actuación sobre los alumnos testigos del acoso escolar para que dejen de ser indirectamente partícipes, y no tanto en cambiar las actitudes de la víctima -para que sea más extravertida- o del acosador –para que desarrolle empatía-. Si esto se consigue, el acosador, que necesita de reconocimiento para proseguir con el bullying, deja de acosar porque ya no le aporta ningún beneficio. Un método sencillo, pero eficaz que, según nos confirman, está dando buenos resultados también en nuestro municipio.
Más allá de este método, la Policía Municipal de Móstoles trata de cubrir, en todos los aspectos, la atención en los centros de la ciudad. No solo están presentes dentro de las aulas, sino que también lo están en el exterior de los institutos. Patrullas en los exteriores para evitar peleas, detección de drogas con las unidades caninas o mediar en los casos de absentismo escolar son solo algunas de las labores a las que dedican especial esfuerzo. Roberto destaca la atención especializada que dedican a cada caso en el que trabajan. “Hacemos un seguimiento del chico o chica que haya tenido un problema, ya sea de absentismo, acoso escolar, abandono, etc”. No nos olvidamos de ellos tras una primera intervención”. Siguen de cerca el desenlace de cada historia de la que acaban formando parte. Historias que, en la mayoría de los casos, tiene un final feliz. Algo que llena de satisfacción a los agentes, quienes aseguran que es algo más que un trabajo. “Este trabajo tiene que gustarte mucho”, indica, en referencia a la gravedad de algunos casos y a la corta edad de las personas involucradas. No obstante, Roberto nos asegura que el equipo está contento. “Con que haya un solo caso menos de acoso escolar, merece la pena”.