La tenencia de una vivienda digna es fundamental para la reinserción social de una persona que se encuentra en situación de precariedad. Un derecho (el de un techo digno) que, hasta ahora, se había entendido como la consecuencia de esa reinserción, lo que dificultaba mucho una adaptación social satisfactoria.
‘Hábitat - Housing Firts’ ha querido romper esos esquemas, dándole la vuelta al concepto tradicional de atención, priorizando la vivienda como el primer paso para una nueva vida. Impulsado por el Ayuntamiento de Móstoles, con la colaboración de RAIS Fundation, ‘Hábitat - Housing First’ se firmó en julio de este 2017, y comenzó a funcionar a principios de agosto.
Lapso de tiempo que ha servido para dar un piso en la ciudad a un total de siete personas que vivían en la calle, con la pretensión de que el programa llegue a atender a 10 personas en situación de necesidad.
Nueva oportunidad para Juan
Una parte de la Corporación municipal, junto a la responsable del programa ‘Hábitat - Housing First’, Noemí García, y el responsable de proyectos de la Fundación RAIS para la Comunidad de Madrid, Iván Torres, han visitado a una de las personas que se están sirviendo, actualmente, del programa: Juan.
4 de cada 5 personas que entran al programa son capaces de mantener su propia vivienda pasados los dos años
Durante la visita, indican desde el Consistorio, Juan ha asegurado encontrarse “muy bien” y haber “ganado tres kilos” en el tiempo que lleva en su nuevo hogar, que actualmente cumple algo más de un mes. Después de siete años viviendo en la calle, Juan ha retomado el contacto con su familia al poder volver a verlos con normalidad y recibir visitas en su casa.
Cifras positivas
Un cambio en la vida y en la forma de ver el mundo. Un programa que es un éxito, así lo indican sus cifras: la media de retención en la vivienda pasados dos años es superior al 80%. Es decir, 4 de cada 5 personas que entran al programa son capaces de mantener su propia vivienda tras pasar por ‘Housing First’. Además, según estudios comparativos del coste entre distintos proyectos y centros -entre los que se cuentan albergues, pisos de emergencia o centros de día-, este programa cuesta lo mismo que una plaza de albergue para una persona en situación de calle.
La experiencia en otras ciudades o países también arroja cifras positivas. En Finlandia, por ejemplo, ha pasado a ser el estándar en la gestión de este problema, y se ha conseguido que no haya personas sin vivienda en el país.