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Móstoles acoge un homenaje a los diplomáticos españoles que ayudaron a los judíos durante la II Guerra Mundial
En una exposición bautizada como 'Visados para la libertad' que se podrá visitar a partir del 14 de enero en el Museo de la Ciudad
Móstoles |

Recordar el pasado es, en ocasiones, doloroso. Pero no por ello deja de ser necesario. Tener presente los errores de antaño hace que, en un futuro, no se vuelvan a repetir. Porque, aunque cueste creerlo, la historia es cíclica, y toda atrocidad se puede volver a vivir.

Proyectos como 'Visados para la libertad. Diplomáticos españoles ante el Holocausto' ayudan a que no dejemos en un cajón lo sucedido, sino que le limpiemos el polvo de vez y cuando y, así, seamos conscientes de lo que puede llegar a ocurrir cuando se pierde la cordura y se imponen idealismos radicales. 'Visados para la libertad' es una muestra expositiva que recoge un pequeño homenaje a aquellos que, gracias a su labor humanitaria, pudieron ayudar a los judíos durante la II Guerra Mundial.

Una exposición que se inaugura este 14 de enero en el Museo de la Ciudad de Móstoles, con entrada gratuita, y que se quedará en nuestra ciudad hasta el próximo 9 de febrero. Casi un mes de tiempo en el que podremos tener la oportunidad de visitar un trabajo que pertenece al fondo de exposiciones itinerantes del Centro Sefarad Israel y que recoge un prisma amable dentro de la terrorífica historia del Holocausto.

Entre 1939 y 1945, miles de judíos víctimas de las leyes radicales nazis pudieron salvar su libertad gracias al compromiso ético y a la labor humanitaria de algunos diplomáticos españoles

Entre 1939 y 1945, miles de judíos víctimas de las leyes radicales nazis pudieron salvar su libertad gracias al compromiso ético y a la labor humanitaria que, por propia iniciativa y en circunstancias muy adversas, desarrollaron diplomáticos españoles destinados en territorios bajo administración alemana o de los gobiernos colaboracionistas de los países ocupados.

Eduardo Propper de Callejón y Bernardo Rolland de Miota, en Francia; Santiago Romero Radigales, en Grecia; Julio Palencia, en Bulgaria; José de Rojas, en Rumanía; Ángel Sanz Briz y Jorge Perlasca, en Hungría, “actuaron de forma valiente y decidida y aprovecharon las relaciones de amistad hispano-alemana para hacer valer la protección consular española y ayudar a los judíos perseguidos”.

Porque la historia del nazismo, como alegan los organizadores, "no es solo la de los verdugos y sus víctimas". Hubo también quienes no quisieron ser espectadores pasivos de la tragedia y, sintiéndose interpelados por su conciencia, decidieron actuar e implicarse. Es el caso de los protagonistas de esta exposición, los diplomáticos españoles que, durante la II Guerra Mundial, lograron salvar la vida de numerosos judíos, dejando un claro mensaje para las generaciones venideras: "siempre es posible resistir a la injusticia y a la barbarie".