Desde el Servicio de Endocrinología y Nutrición se ha puesto en marcha una nueva consulta de disfagia. Esta propuesta tiene como objetivo mejorar la detección y tratar los diferentes grupos de pacientes afectados por este trastorno de deglución, en general infradiagnosticado, causante de graves consecuencias a los afectados, muchos de ellos, pacientes neurológicos, con cáncer o ancianos.
Gracias a la colaboración del Servicio de Ornitorrinolaringología, y al apoyo de Rehabilitación, se ofrece a los pacientes con disfagia una atención integral y continuada que permite controlar la situación clínica y mejorar su calidad de vida.
¿Qué es la disfagia?
Se trata de un trastorno de la deglución que causa problemas para tragar adecuadamente alimentos y líquidos. La disfagia se asocia a múltiples enfermedades, las más frecuentes son las oncológicas y neurológicas.
Tanto la incidencia como la prevalencia están infravaloradas y, en raras ocasiones, se incluye como diagnóstico. Existen pocos estudios epidemiológicos, pero se relacionan con un amplio abanico de cuadros clínicos localizados en diversas estructuras a lo largo del recorrido del bolo, desde la boca hasta el estómago.
Sus consecuencias varían desde la desnutrición o deshidratación hasta las infecciones respiratorias o neumonías aspirativas, en cualquier caso, complicaciones que pueden llegar a ser muy graves, incluso mortales.
Test para detectar la disfagia/ Hospital Universitario de Móstoles.
Funcionamiento del nuevo servicio
En la consulta se realiza una exploración clínica completa que incluye una valoración nutricional y de hidratación: el test EAT-10, específico de disfagia para concretar los síntomas, y el test de viscosidad en el que se ofrece al paciente tres tipos de alimentos con texturas diferentes en cantidades que se incrementan progresivamente para valorar la tolerancia.
"Con esta prueba se valora la eficacia, desde el punto de vista nutricional, y la seguridad, muy importante -explica la doctora Ramos- para prevenir las neumonías por aspiración que pueden llegar a producir la muerte del paciente". A partir de estas tres pruebas, se determina el tratamiento para el paciente y se elabora una serie de recomendaciones que garanticen una alimentación eficaz, o indicar otras pruebas que ayuden a concretar dónde está el problema y que solución proponer.