Los ataques que recibe periódicamente la sede de Podemos en Móstoles en general no son considerados violencia. Aunque ya vayan unos cuantos, por cierto siendo el último realizado con amenazas y firmas con la palabra “Vox”, incluyendo puntos de mira, un código que todos sabemos la amenaza explícita que representa.
Hay que decirlo y hay que hacerlo en voz alta, España vive una situación en la que la irresponsabilidad en los discursos y planteamientos del PP y su satélite Rivera, abrieron las puertas de par en par a la legitimación de los discursos antidemocráticos y de odio que ahora encarna Vox con fuerza. Es la amenaza más grave a nuestra democracia en 40 años, y preocupa ver cómo los grandes poderes que llevan intentando destruir a Podemos desde que nacimos, en cambio tratan con guante de seda, financian y potencian esta situación.
La responsabilidad de los medios de comunicación, por cierto, en manos de muy pocas personas, pero muy poderosas, es fundamental. Por haberlo denunciado ahora se nos ignora abiertamente cuando no se nos ataca salvajemente, en esos mismos medios.
Sólo un ejemplo de esa neutralidad, Ana Rosa Quintana, retuiteando las cuentas de Vox, al mismo tiempo que sonríe cómplice, cuando Isabel Díaz Ayuso dice que “cuando te llaman fascista es que estás en el lado bueno de la historia”. Luego no nos extrañemos del crecimiento de la violencia machista o los ataques racistas u homófobos.
Aquel personaje histórico llamado Jesucristo, del que no dudo que hoy, los derechistas, los de misa el domingo, harían escarnio y le acusarían de comunista y sectario, dejó claro un mensaje que rechazaba la violencia, con la única excepción de la expulsión de los mercaderes del templo, sí, esos equivalentes a los Florentino o Botín de hoy, sólo contra esos, ese personaje al que dicen seguir, usó la violencia.
La mentira de sus postulados supuestamente basados en tradiciones y una supuesta verdadera idiosincrasia de lo que es ser español, no son más que una sucesión de tópicos vacíos, falsedades que sólo sirven para justificas tras metros y metros de tela amarilla y roja, que Vox no representa más que a los lacayos más serviles de sus amos de las grandes finanzas, constructores y en definitiva, los que siempre han mandado en nuestra patria y hacen cualquier cosa por mantener su dominio, incluyendo lanzar contra el pueblo a sus legiones de bestias amaestradas.