La pandemia provocada por el coronavirus ha desatado una crisis económica que ha obligado a comercios y empresarios a echar el cierre en sus negocios. Una situación crítica que se ha saldado con una debacle del empleo y familias en riesgo de exclusión. El contexto requiere una gran apuesta por las instituciones que, en el caso del Ayuntamiento de Móstoles, se ha ceñido al desarrollo de una app con la que pretende reactivar el comercio local.
Su puesta en marcha ha supuesto un desembolso de 4.500 euros al freelance Ricardo Sánchez. Una cantidad insustancial para todo lo que está en juego.
La app, por el momento, solo disponible para Android, no ha conseguido convencer a los empresarios mostoleños. Tras 10 días desde su presentación de sociedad, tan solo 25 comercios han decidido apostar por el invento de Posse que ha llegado tarde y mal.
Esta herramienta, diseñada por el equipo de Móstoles Desarrollo, empresa subsidiaria del ayuntamiento y que se rige por los mismos cánones de transparencia que el consistorio, pretende convertirse en un mecanismo que facilite la interlocución entre los ciudadanos y los comercios y empresas de Móstoles. Lo cierto es que la interlocución se plantea difícil, teniendo en cuenta la escasez de participantes y las prestaciones de la aplicación que se comporta como un mero directorio de comercios. No consta de prestaciones que permitan, por ejemplo, realizar una compra online. Una metodología que ha salvado de la ruina a muchas empresas durante el confinamiento, incluso les ha permitido crecer, pero parece que el consistorio mostoleño sigue a rebufo y ajeno a la realidad.