Un reciente estudio, fruto de la colaboración entre IMDEA Energía y la Universidad de Alcalá de Henares, ha permitido a las turbinas eólicas tipo III (una de las tecnologías de aerogeneradores utilizadas en la actualidad) avanzar en su capacidad de formar redes eléctricas.
Actualmente, uno de los principales problemas de los generadores renovables (de energía eólica y solar, principalmente), es que dependen de una red ya formada para conectarse, limitando así su penetración a gran escala. Sin embargo, las turbinas eólicas de nueva generación deben de ser capaces de formar la misma.
Varios países, entre ellos Reino Unido, han aprobado recientemente códigos de red que indican los requisitos y pruebas que se deben efectuar a cualquier dispositivo para que sea considerado “formador de red”. Cumplir el código de red con una turbina eólica es un reto, ya que se requiere un ajuste detallado de todos sus controles.
En este contexto, el innovador trabajo en el que ha participado la Unidad de Sistemas Eléctricos de IMDEA Energía demuestra que, con una selección adecuada de los parámetros de control, una turbina eólica tiene gran capacidad de ayudar a formar la red eléctrica, verificando así que es posible cumplir el código de red de Reino Unido con una turbina eólica tipo III.
Una turbina eólica tiene gran capacidad de ayudar a formar la red eléctrica
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En base a los resultados, se ha realizado una guía de diseño de los controles que regulan la inyección de potencia a la red eléctrica cuando ésta necesita apoyo, y se ha verificado que se puede limitar la corriente en caso de fallos en la red eléctrica. Del mismo modo, también se ha comprobado que la turbina eólica funciona correctamente cuando está conectada a una red formada por múltiples generadores.
Este estudio abre la puerta a que las turbinas eólicas ayuden a formar la red eléctrica en el futuro y, por tanto, a aumentar la penetración de energías renovables, haciendo que éstas no solo se conecten a la red eléctrica, sino que también contribuyan a su formación y a garantizar la estabilidad. Asimismo, la investigación da pie a nuevas posibilidades para lograr un sistema eléctrico más resiliente y sostenible.