Últimamente está de moda estrenar secuelas de películas famosas ya que parece que el éxito de taquilla está asegurado. Quizás siguiendo esta moda, el Partido Popular quiere reverdecer viejos tiempos y anuncia a bombo y platillo la segunda entrega de una de las mejores superproducciones salida de la fábrica de la calle Génova. Todos recordarán aquel 'sindicato del crimen' con el que bautizó Felipe González a los integrantes de la Asociación de Escritores y Periodistas Independientes que formaban Pedro J. Ramírez, Jiménez Losantos o Luis María Ansón.
El objetivo de aquella UTE de estrellas de la información, como desveló años después el entonces director de ABC, era echar a Felipe González de La Moncloa aunque para eso hiciera falta rozar la estabilidad del Estado. Finalmente, aquel thriller alcanzó la gloria cuando en 1996 se ponía punto final al felipismo y estrenaba la era de José María Aznar.
Precisamente Aznar ha sido el encargado de gritar aquello de "luces, cámara y acción" cuando hace unos meses dijo que "el que pueda hacer que haga". Desde entonces el Partido Popular al completo, desde el más insignificante concejal de pueblo hasta el mismísimo presidente del partido, Alberto Núñez Feijóo, ha tocado a rebato para arremeter contra el malo malísimo de su nueva película: Pedro Sánchez. Se han unido a esta cruzada los medios de la derecha, estamentos judiciales, pseudosindicatos patrocinados por la ultraderecha de VOX y, en definitiva, todos aquellos con ganas y posibilidades de "hacer" lo que haga falta.
Como en todas las películas, hay actores secundarios y protagonistas, y todos los participantes quieren brillar al más alto nivel quizás con la esperanza de ganar el Oscar a la mejor interpretación. Algunos y algunas ya destacan sobre el resto, pero la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, tiene una enorme ventaja sobre todos los demás. Es la gran estrella del celuloide conservador. Quiere ser la 'reina de dragones' que arrase con todo y sea coronada por sus huestes.
En la última sesión de control de la Asamblea de Madrid pudimos ver a la lideresa popular brillar a un nivel excelso. La presidenta regional dio el Do de pecho y llamó al Gobierno mafioso, estalinista, tirano y caradura; arremetió contra el Fiscal General del Estado, contra Pedro Sánchez, contra Zapatero, contra Begoña Gómez... en definitiva contra todos los que no son del PP que, para ella, son enemigos de España y hay que echarlos a patadas de cualquier sitio. Así labra su carrera política Ayuso, a base de discursos absolutamente desmedidos y diría que incalificables. Luego la polarización, el enfrentamiento, la tensión o la desestabilización de la democracia es cosa de otros.
En este trabajo cinematográfico hay más actores destacados. La semana pasada, en el Congreso de los Diputados, vimos a Miguel Tellado acosar al ministro Óscar López con la foto de los socialistas asesinados por ETA y nos regaló una escena tan deleznable que el propio diputado popular ha retirado el video de sus redes sociales. Las propias víctimas de ETA llevan años pidiendo que dejen a sus familiares en paz y que no utilicen el dolor de estas familias como arma política arrojadiza.
En las filas de la Prensa, aquellos a los que el Gobierno ha bautizado como 'fachosfera', alarman a la población con eso de que la democracia está en peligro o que directamente Pedro Sánchez es un peligro para la democracia. Decir eso del presidente del Gobierno elegido democráticamente y por las vías que marca nuestro ordenamiento jurídico es además de una exageración, una mentira.
La democracia estuvo en peligro cuando mataron a los abogados laboralistas de Atocha, cuando el Rey, supuestamente, necesitaba que se comprara el silencio de sus amantes con dinero de los fondos reservados, cuando todo hace indicar que el 23-F estaba más que preparado, cuando se mintió a los españoles tras sufrir el peor atentado terrorista de la historia en suelo europeo, cuando se condenó al PP a título lucrativo por beneficiarse de sus tramas de corrupción, cuando se compró a dos diputados socialistas de la Asamblea de Madrid para pervertir el resultado de las urnas, cuando Rajoy gobernó este país en funciones durante más de un año sin someterse al control del Congreso de los Diputados, cuando tuvimos que dar 60.000 millones de euros a los mismos bancos que dejaron sin casa y sin futuro a miles de familias de este país... y lo que nos quedará por ver.