Durante estos días varios alcaldes del PP de la Comunidad de Madrid están enviando cartas al Ministro de Transportes, Óscar Puente, para pedirle que se establezcan las medidas necesarias para que mejore la situación por la que pasa el Cercanías de Madrid. Todos los populares culpan al Ejecutivo socialista de lo que está ocurriendo y afirman que estamos viviendo la falta de inversión del Gobierno de España y el castigo de Pedro Sánchez a Madrid y... bla, bla, bla. Pero lo cierto es que en este asunto que tanto cabrea, y con razón, a los usuarios tiene responsables y culpables solo queda saber quienes son unos y quienes los otros.
Empecemos por los responsables. Sin duda ninguna, los responsables de esta situación son lo que ahora gobiernan, comenzando por el ministro de Transportes, Óscar Puente y todo su departamento. Pueden decirnos que se encontraron las Cercanías en un estado de conservación lamentable, que la falta de inversión del Gobierno de Rajoy fue demoledora, que llevamos años de retraso y en todos esos casos llevan razón. Pero no pueden escudarse en escusas porque una persona que se pasa más de 50 minutos esperando en un andén no lo va a entender. Si hay obras en todas las líneas que provocan incidencias, los responsables deben ofrecer un plan alternativo a los usuarios. Además deben dar información al instante para que la gente pueda tener planes alternativos de desplazamiento hacia sus trabajos o centros de estudio. Tienen que comprender que hay decenas de personas que tienen problema en su trabajo si llegan tarde, que hay muchos estudiantes que se quedan sin hacer un examen porque no llegan y luego no pueden negociar con su profesor porque éste no acepta sus "cuentos".
Ahora bien, los culpables ya no ocupan puestos de responsabilidad, ahora se pasean por universidades, fundaciones, simposios, congresos... dando lecciones de democracia, de 'sentido común' como si la cosa no fuera con ellos. Y me quiero detener en una persona que, para mí, es la principal culpable de todo lo que ahora vivimos: Mariano Rajoy. Los alcaldes del PP deben dirigir una carta a su ex-jefe porque es el que tiene que responder a lo que ahora sucede. Durante sus años de mandato, el ferrocarril en general y las Cercanías en particular vivieron el peor momento inversor de la historia de España. No hubo mantenimiento, no hubo modernización del servicio, no hubo extensión de líneas, no hubo nada de nada. Y en aquellos años los alcaldes callaban, en aquellos años no les importó las incidencias de RENFE.
Los datos son demoledores. Según ADIF entre 2012 y 2018 la inversión del Ministerio en el Cercanías cayó a mínimos históricos hasta llegar casi a cero euros. Y mientras tanto los usuarios no paraban de creer mientras se deterioraba el material utilizado. Esto no solo afectó a Madrid, sino a todos los territorios en los que está desplegada la red de Cercanías.
Ahora hay que recuperar el tiempo perdido. El Gobierno de España ya ha movilizado un alto porcentaje de los 7.000 millones de euros previstos solo para el Cercanías de Madrid. Llegarán nuevos trenes que ya se están construyendo, se mejorará la seguridad de las vías y se terminará de implantar el Sistema Europeo de Gestión del Tráfico Ferroviario (ERTMS) con el que se logrará que se reduzca la distancia entre convoyes y aumentar el número de trenes que podrían pasar cada 3 minutos.
Pero para desarrollar todas esas obras, inevitablemente el servicio se ve afectado. Lo ideal sería suspender el servicio durante un año para que se ejecute todas las mejoras, pero eso es inviable. Además, porque el Cercanías comparte infraestructura con la media distancia y con el tráfico de mercancías. Así que hay que seguir aguantando. El objetivo de este Gobierno es que en unos años el tren de Cercanías viva su edad de oro, que se dupliquen los viajeros y que todo funcione como un reloj. Pero las mejoras no se pueden hacer de la noche a la mañana.
En unos años tendremos líneas más seguras, mas eficientes, más modernas y con un mejor funcionamiento. Seguramente gobernarán otros que se colgarán las medallas, pero lo cierto es que si se rebusca un poco se encuentran rápido a los responsables y a los culpables de lo que hoy viven los pasajeros del tren.