Hace más de un año, El Silbato echaba a andar con una nueva temporada, con nuevos rostros y una vuelta de tuerca al deporte. El programa cambiaba de prisma para mirar el deporte bajo otro foco: sin los flashes de las cámaras, sin el lujo y sin los followers. Así nacía también este espacio de opinión, 'Línea de fondo, para dar espacio a temas que excedían la línea de juego y que merecían ser analizadas.
Marzo cerraba sus días con la absolución del futbolista brasileño, Dani Alves. De esta forma, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña revocaba la denuncia por agresión sexual interpuesta en 2022 y que tuvo lugar en una discoteca de la ciudad condal. La noticia ha hecho enmudecer a la sociedad española tras una decisión judicial que no logran entender. En redes, las reacciones se acumulan y es que el caso no es para menos. Dejando a un lado la imagen de la víctima perfecta que tantas veces se ha impuesto socialmente: la idea de que una mujer que ha sufrido una agresión sexual debe ser vulnerable, estar visiblemente apenada y no tener un historial sexual "cuestionable".
La opinión de la calle se daba de bruces con una decisión sorprendente e injusta cuanto menos. ¿Qué ha visto el TSJC para absolver a Alves cuando su versión ha cambiado hasta en seis ocasiones? ¿Qué ha sucedido para que esta realidad sea hoy la noticia del mes? Pienso en la víctima, en esa mujer que ha seguido a pies juntillas todas los "consejos" que siempre nos dan a todas: no tener miedo, exponer la situación desde el primer momento y denunciar, contar con testigos ajenos al círculo de confianza, renunciar a una compensación económica cuando se trate de un hombre con poder... Supongo que la falda se quedó a escaso milímetros de considerarse "digna".
¿Qué ha visto el TSJC para absolver a Alves cuando su versión ha cambiado hasta en seis ocasiones?
La noticia salta a la actualidad y no hay tertulia que, en ese momento y los días posteriores, no analice la sentencia. Mientras, el periodismo deportivo se mantiene callado y es la gota que colma el vaso; la posición habitual: de lado y sin mojarse cuando uno de sus "ídolos" se cae del pedestal (o se tira, más bien). En ocasiones el periodismo deportivo peca de encorsetarse en según qué márgenes: alejarse de la chabacanería para que no se considere un periodismo de segunda y mantener un estilo fresco para llegar al máximo público posible. Ensuciado por la imagen de "la prensa rosa de hombres", el periodismo deportivo pierde fuerza cuando casos como el de Alves estallan.
Falta contundencia y sobra silencio; ¿por qué? ¿Tienen miedo los medios a expresar su verdadero sentir? ¿Sigue siendo un "mundo de hombres" y falta formación en temas de género? ¿Se ha sobrepasado la línea entre periodistas y deportistas considerándose "amigotes" entre ellos? Nos encontramos ante una sociedad que parece tener más miedo de cuestionar a las figuras poderosas que de proteger a las víctimas, y esto, lamentablemente, se refleja en los medios que, a veces, parecen ser más protectores de la imagen que de la justicia. Por fortuna, tenemos caso para rato porque la Fiscalía recurrirá la sentencia. Seguiremos luchando e informando.
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