Los desencuentros entre los socios del Gobierno central (PSOE y Unidas Podemos) no son nuevos, pero, parece que con el tiempo se recrudecen. Ambas formaciones parecen afanarse en marcar sus diferencias ante un electorado cada vez más fragmentado y apático, aunque eso suponga escenificar la ruptura del ejecutivo.
El último episodio en esta serie de catastróficas desdichas se debe al paquete de ayudas a empresas dotado con 11.000 millones de euros, cuya aprobación se ha pospuesto por las diferencias de criterio entre Podemos y el PSOE. La formación morada reclama que la mayor parte de la cuantía se destine a ayudas no reembolsables, pero la titular de economía y también dique de contención frente a las exigencias de Iglesias, Nadia Calviño, insiste en que parte del fondo se dedique al pago de la deuda que tienen dichas empresas y que resultan un lastre para que salgan a flote. “Esto no es una especie de subasta de cantidades" sino una cuestión "compleja que no se resuelve en un tuit o en una nota”, decía Calviño, visiblemente molesta.
Lo cierto es que el planteamiento de Calviño es el más sensato. Regar con dinero a las empresas y no atender a sus niveles de endeudamiento es un despropósito
¿Qué resultaría más efectivo? Lo cierto es que el planteamiento de Calviño es el más sensato. Regar con dinero a las empresas y no atender a sus niveles de endeudamiento es un despropósito.