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Polémicas ‘made in Madrid’
La presidenta regional abre y cierra debates a su antojo lo que impide que se hable ni un minuto de su gestión
MADRID |

La presidenta de la Comunidad de Madrid lleva al frente del Gobierno regional desde las elecciones de mayo del 2019. No ganó las elecciones, pero pudo formar un Gobierno de coalición con Ciudadanos y con el apoyo de Vox. Lógicamente, ese Ejecutivo tenía una ‘hoja de ruta’ pero no se cumplió ni con Ciudadanos, ni con Vox. La presidenta aprovechó la coyuntura para convocar elecciones en 2021, a mitad de legislatura, cuando sospechaba que podía caer. Borró de un plumazo a Ciudadanos, se olvidó de los acuerdos que firmó con ellos y, además, cosechó un éxito electoral con un lema simple y sencillo: Libertad. Su método comenzaba a funcionar.

Después de casi cinco años en el poder, pocos podrían hacer un análisis detallado de la gestión de Ayuso al frente del gobierno de todos los madrileños. Ni leyes trascendentes, ni medidas para mejorar la sanidad, la educación o las políticas sociales. ¿Está mejor Madrid ahora que en el 2019? ¿está peor? Difícil saberlo, entre otras cosas, porque nadie se lo plantea.

Y es difícil hacer ese análisis porque en todo este tiempo hemos estado ocupados, mejor dicho, nos han tenido ocupados en decenas de polémicas, muchas artificiales, que han ido poniendo el foco en el lugar que Ayuso y su Gabinete han querido.

Antes de hacerse con la presidencia madrileña, Ayuso consiguió que habláramos de la desproporcionada petición de cárcel para Cristina Cifuentes por el ‘Caso Máster’; de los concebidos no nacidos; del amor de los madrileños por los atascos; de la conveniencia de enviar las fiestas del Orgullo a la Casa de Campo para no molestar a las familias; o de lo que denominó los empleos basura.

Tras llegar al poder, fue perfeccionando su método y llegaron sus mejores ‘hits’: Las residencias de ancianos dependen de Pablo Iglesias; las banderas con las que recibió a Sánchez; la madrileñofobia, las cañas y los bares; Cataluña nos roba…

En este momento, su forma de gobernar ha alcanzado la perfección y su máquina de crear polémicas parece estar manejada por una Inteligencia Artificial. Una semana insultamos al presidente del Gobierno para que a todos “les guste la fruta”; otra decimos que Sánchez nos quiere cortar la energía, y otra que los inmigrantes que nos trae el gobierno social comunista por las noches provocan inseguridad en nuestras calles. Estos debates, en muchas ocasiones, están salpimentados de datos falsos y medias verdades, pero da igual.

Entre tanto, ahora ya con una mayoría absoluta arrolladora, se dispone a modificar 17 leyes para dar más poder a su Gobierno y saltarse los controles de la cámara regional que tendrá un papel intranscendente. Y a largo plazo, hasta el 2027, quiere aprobar 158 normas entre las que se incluyen un nuevo estatuto de autonomía, el derecho de los abuelos, la nueva Formación Profesional, las universidades o la movilidad.

Todo se hará sin apenas críticas porque me temo que seguiremos ‘entretenidos’ poniendo el foco en las próximas polémicas ‘made in Madrid’.