Solo nos vimos unas decenas de veces, solo hablamos unas cientos de horas en nuestras vidas, ¡pero para mi fueron muy valiosas! tan valiosas que te acabas de morir y ya noto que me falta algo. Quizá tú honradez, quizá tus buenos consejos o quizá tu admirable forma de ver la vida cuando ya te quedaba poca. Me alegra haberte conocido, ¡me alegra mucho que te hayas ido sin sufrir mucho! Me alegra de verdad que hayas dejado una familia que si solo lleva tu mitad ya es inmensa, ¡imagínate como será con tu mujer! en fin, querido amigo Carcasona, no creo en Dios pero si merece la pena creer en Él es sencillamente por la esperanza de volver a ver personas como tú
¡Un fuerte abrazo amigo!