MENÚ

Un claro ejemplo de la degradación política
El eurodiputado Alvise Pérez reconoce haber cobrado 100.000 euros para defender los oscuros intereses de un empresario amigo
MADRID |

Esta semana hemos conocido que el eurodiputado Alvise Pérez cobró 100.000 euros de un empresario del negocio de las criptomonedas en dinero negro, en principio para sufragar su campaña electoral. Y lo que ofrecía a cambio era su futura influencia en Europa y en España para que se legislara en favor del "donante" de ese dinero.

La coyuntura política permite a personajes como este colarse en las instituciones democráticas para vivir del cuento. El líder de las ardillas (como llama a sus seguidores) ha utilizado las redes sociales para hacerse "famosillo". Y lo ha hecho a base de insultar a políticos, de perseguirlos y de engañar a sus ahora votantes. Sus mensajes incendiarios y populistas han calado entre personas desencantadas y jóvenes que ven la política como un cáncer social. Hasta 800.000 personas en nuestro país están representadas por un tipo que no respeta las leyes y que incita a los demás a no cumplirlas. Estamos ante un señor sin escrúpulos que es capaz de hacer cualquier cosa para que su negociete subsista.

Ya sabemos todo lo que buscaba: Dinero. Llegó diciendo que las instituciones están podridas, que nos tienen a todos engañados, que nos están robando... Y sus denuncias, en realidad, eran una descripción de su propia hoja de ruta. Efectivamente, mientras que Alvise Pérez siga teniendo un acto de diputado, las instituciones están podridas. Mientras siga 'dedicándose' a la política, nos tendrá a todos engañados. Y mientras que no consigamos echarle, nos estará robando a todos.

Ahora deberá actuar la justicia. Ha cometido un delito de financiación ilegal de partidos políticos y debe pagar por ello. Aunque quiera contar la milonga que solo era un pobre autónomo que hizo lo que hacen muchos, cobrar un trabajo en negro ante el infierno fiscal al que nos enfrentamos. Entérate cara dura, pocos autónomos cobran 100.000 euros por un solo trabajo, si acaso algunos comisionistas de mascarillas, y menos sin facturar.

Para el futuro, sus votantes están sobre aviso. Supongo que no seguirán confiando en él. Y si por algún casual le siguen apoyando para llevarle al Congreso de los Diputados, PP y Vox ya saben que si quieren su voto, éste tiene un precio. Espero que nadie tenga la intención de pagarlo porque si eso ocurre, entonces sí nos habremos cargado la democracia para siempre.