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"Vais todos al psicólogo, estáis rotos"
Cuando los "adultos" nos llevan a crisis y guerras, pero somos nosotros la "generación de cristal"
MADRID |

Una generación que grita libertad, que lucha por vivir con dignidad, sin miedo, con ilusión. Una sociedad que persigue encontrarse a sí misma para crear vínculos fuertes con los demás, que se preocupa por su salud mental y no solo por la física. Que busca con ansias su propio lugar dentro de un mundo donde eres por lo que tienes, donde llorar es de críos, débiles, desprotegidos, y donde te señalan por cómo hablas, por cómo vistes o por cómo piensas o dejas de pensar. Hola, me presento, soy la mal denominada “generación de cristal”.

Me encanta colarme en conversaciones entre “adultos” y plantear cuestiones relacionadas con los jóvenes y los adolescentes. Aunque muchas veces no me complico y simplemente les pregunto qué piensan de nosotros. “Estáis dormidos”, dicen unos, “lo queréis todo en un instante y sin esforzaros ni un pelo”, dicen otros, “sois un poco, bastante -pone los ojos en blanco- vagos”, “estáis todo el día en el psicólogo”

Frente a esto, los “adultos” aseguran que ellos han tenido que vivir mil penurias para llegar donde están hoy en día, para conseguir un buen trabajo, una casa o formar una familia. Aseguran que no tienen tiempo ni de llorar, y cuidado como nos vean a nosotros hacerlo… Llorar es un signo de debilidad, ¿lo sabíais? Seguro que sí, se encargan de educarnos en ello.

Estas mismas personas también tienen la importante misión de recrearse constantemente en el pasado, de recordarnos como nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos… Vaya, casi todo nuestro árbol genealógico, se ha tenido que enfrentar a guerras y no se quejaban tanto como nosotros, apechugaban y a correr.

Sin embargo, vamos a aterrizar en el ahora, pleno siglo XXI, y por ser un poco más tiquismiquis, que sé que a los “adultos” les encanta, en octubre de 2023. Si miramos las noticias de actualidad, lo cual no es muy difícil porque estamos bombardeados, vemos que los grandes titulares se centran en: la guerra entre Rusia y Ucrania, EE.UU no se sabe muy bien para dónde tira, nos tiene despistados, al menos a los simples mortales que no tenemos la opción de acceder a casi ningún dato "comprometedor", es esa mano negra que está en todo, y luego llegamos a España, donde no hay ni un gobierno firme, y eso que se celebraron las elecciones en julio, pero seguimos igual.

Además, muchos aseguran que parece que vamos a caer en otra guerra civil, la violencia se huele por las calles, y la sed de vengar el pasado se destila por los poros. Y ni qué decir tiene la crisis económica y social que nos está tragando como a gusanos, ay, si es que al final caemos en depresión, y diréis, "con qué ligereza lo suelta", no con menos con la que los "adultos" nos machacan a nosotros.

Ahora bien, si analizamos el origen de todo esto, ¿quién lo ha generado? ¿Adolescentes de 12, 13 años? No, no, mejor los jóvenes, ¿no? Han sido ellos. Bueno, me pegan más los niños, ¿verdad? Ellos han provocado la crisis… Vaya, creo que no he dado ni una. ¡Han sido los adultos! ¡Sorpresa! Personas con más de 30 años, que ostentan puestos de poder (porque claro, no aspires a uno de esos si tienes menos de esta edad), y con responsabilidades clave para la vida de sus ciudadanos. Eso sí que es pasarse el juego en la vida, señores y señoras.

Mientras tanto, os dedicáis a decir que son los jóvenes los que tienen “la piel muy fina” por pedir respeto ante insultos o comentarios fuera de lugar. Son los jóvenes los dramáticos que acuden al psicólogo para aprender a autogestionarse sin necesidad de tragar con todo, de envenenarse con pensamientos intrusivos que poco a poco conducen a lo que hoy en día estamos viendo. Pensadlo, si a Putin le hubieran hecho un buen estudio psicológico y de aptitudes sociales, otro gallo cantaría.

También os regocijáis afirmando que no queremos hacer nada con nuestra vida, ni trabajar, ni estudiar, ni nada que se le parezca. Sin embargo, vosotros nos habéis metido en una crisis económica tan grande que ha provocado que los sueldos sean demasiado bajos, teniendo que buscar varios trabajos para permitirnos una vida digna. Habéis manchado el significado de trabajar reduciéndolo a una simple contribución social, cuando trabajar es mucho más. Trabajar dignifica, siempre y cuando sea en unas condiciones decentes. Ganar dinero por el mero hecho de enseñar la cartera es humillante, pero ganarlo para conseguir prosperidad es elogiable. No obstante, de eso parece que no entendéis nada, nos seguís midiendo por “tanto tienes, tanto eres”, y si no tienes, no eres nada.

Así que sí, somos esa “generación de cristal”, pero hecho de uno tan fuerte que no se rompe ni aunque lo intentéis. Que a pesar de estar rodeados de podredumbre, de corrupción, de guerras y de crisis mundiales, seguimos luchando, y no lo hacemos con un mazo en la mano, lo hacemos intentando mejorar nosotros mismos, muchas veces con una ayuda extra como es el psicólogo, para poder miraros un día y deciros “¿Veis? Sí hay otro camino, sí se puede tener una vida digna sin necesidad de pasar penurias para conseguirlo. Sí se puede llorar y reír al mismo tiempo. Y también se puede desear el universo, pero dar pasos pequeños hasta conseguirlo”. Un día os daréis cuenta de que no estamos rotos, nos estamos construyendo para ser más fuertes que todo aquello que nos precede, a pesar de que nos lo ponéis cada día más difícil.