Dejando a un lado estas desavenencias, desde el Ayuntamiento deberían replantearse las partidas que se destinan al mantenimiento y mejora de las calles de la ciudad, o de los edificios e instalaciones públicas. Varios vecinos nos hacían llegar imágenes de los socavones que se encontraban en las calles y pasos de peatones, como los que hay justo delante del colegio Jarama. También remitían fotografías del estado en el que se encontraban las instalaciones, sobre todo las deportivas, con los suelos levantados o las líneas desdibujadas... ¿Recuerdan ustedes que esto lo pagamos todos con nuestros impuestos?
¿Qué les cuesta responder a las preguntas que se les hacen como organismo público al "servicio" de los ciudadanos?
Tampoco podemos pasar por alto los altercados que se dan con algunos trabajadores municipales. Empezamos recordando lo que sucedió durante la pandemia con un policía de Rivas, al cual expedientaron queriéndole suspender de empleo y sueldo durante tres años y cuatro meses como castigo por un correo que el implicado había enviado. Un escrito donde reflejaba reprochaba la gestión del Ayuntamiento ante la pandemia, y una orden que habían enviado de no usar mascarilla cuando estalló la crisis sanitaria del covid-19.
Sin embargo, el Juzgado del Contencioso Administrativo rebajó esta pena a una suspensión de empleo y sueldo durante 10 días. Una decisión que recurrió el consistorio, que volvió a salir perdiendo y se ganó una petición unánime para que dimitiera el Jefe de la Policía Local. Toda una joya, al parecer. ¿Qué van a hacer ahora, señores del Gobierno municipal? ¿Se harán cargo de los hechos y tomarán medidas como hicieron con nuestro agente? Estamos expectantes.
Pero, suma y sigue, la maravillosa gestión no termina aquí. Al parecer, el cuerpo de Policía Local de la ciudad necesita más inversión. Además, los índices de criminalidad en Rivas no son alentadores, al contrario, estamos entre las ciudades donde más ha aumentado este índice, y la falta de seguridad se hace palpable. Quizás el consistorio debería preocuparse más por cuidar de nuestros agentes y, por ende, de la seguridad de la ciudad, antes que ejercer la ley del silencio.
Ahora, Rivas cuenta con una nueva alcaldesa, Aída Castillejo, a la cual, como con Pedro del Cura, no hemos tenido el placer de conocer. No obstante, confiamos en que la nueva regidora de un aire renovado a la ciudad, teniendo en cuenta que tiene menos de un año para arreglar todos los desajustes de su anterior compañero. ¿Lo conseguirá?
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