Centro cultural García Lorca: sala Maruja Mallo. Lunes a viernes: 11.00-13.00 y 17.30-19.30. La asociación cultural Ripa Carpetana atiende la sala.
Un viaje por cuatro civilizaciones antiguas (la romana, la azteca, la antigua China y el antiguo Egipto) con figuras y construcciones de Playmobil, los célebres muñequitos de plástico que tantos días de ensueño han hecho vivir en sus infancias a millones de personas. La muestra forma parte del programa cultural de Navidad, y se puede contemplar hasta el jueves 16 de enero en la sala Maruja Mallo del centro cultural Federico García Lorca.
Se trata de una exposición que no solo impactará a la infancia actual, sino a muchos ripenses que empiezan a peinar canas, que podrán regresar a su tiernos días mozos, contemplando construcciones y paisajes que probablemente jamás llegaron a tener en sus casas, donde como mucho llegaba, si Papá Noel o los Reyes Magos eran generosos, el barco pirata, la pista de circo o el fuerte del oeste americano.
Las figuras recopiladas son fruto de 40 años de coleccionismo por un grupo de 12 amigos de Valencia, Alicante, Almería, Madrid y Salamanca, todos amantes de la historia y del modelismo que han reunido una de las mayores colecciones del mundo. Muchas de las piezas se encuentran actualmente descatalogadas y fueron compradas en subastas de Alemania, Francia o Gran Bretaña.
Ninguna de las piezas está customizada: todas son originales del famoso juego. Y sirven para mostrar hechos históricos con rigor y desde el respeto al mundo animal y los hábitats, recreando la flora y fauna típica de la época azteca, romana, china y egipcia.
La disposición de las escenografías permite conocer cómo atacaban las falanges romanas o cómo se transportaban piedras en las pirámides del Nilo. La muestra se presenta en tarimas a 40 cm de altura y sin metacrilatos o plásticos, para mejorar la experiencia del visitante (mejor visión, fotos sin reflejos y visión general del diorama).
Se instala, además, un photocall con figura gigante y otras medianas para retratarse y llevarse un recuerdo. Además, se propone un juego del infiltrado para el espectador: hay que buscar a un personaje que no corresponde con la escena representada.