El autor catalán, Albert Boadella, se adentra en el ocaso artístico de una diva de la ópera como María Callas. Se imagina sus últimos días en un espectáculo musical, en el que la gran dama, retirada de los escenarios y abandonada por el amor de su vida, malvive a base de pastillas y de alcohol.
El Teatro Adolfo Marsillach ha programado ‘Diva’ para el sábado, 13 de noviembre, un montaje escénico que incluye arias y dúos de Norma (Bellini), Manon Lescaut y Tosca o Madama Butterfly (Puccini), con música grabada por la orquesta Real Filarmonía de Galicia y las voces de la soprano María Rey-Joly (María Callas) y del tenor y pianista Antonio Comas (Ferruccio).
En ‘Diva’, Boadella sitúa a la artista en París, alejada de todo. Su voz es solo una sombra de lo que fue, por lo que la crítica se cebó con ella en sus últimas apariciones lo que motivó que no volviera a cantar en público y su realidad más inmediata es una decadencia que la empuja a aferrarse a un mundo de recuerdos.
En este delirio surge la nostalgia de los momentos más apasionados y estelares
Callas desdeña el presente, pero convence a su chófer y mayordomo, Ferruccio Mezzadri, para que la acompañe en un imaginario repertorio que ya no podrá realizar. Por momentos lo confunde con Onassis, su gran amor, que la abandonó por Jackie Kennedy.
En este delirio surge la nostalgia de los momentos más apasionados y estelares. La mezcla del odio y el amor hace que se imagine al magnate griego como pareja de los grandes dramas operísticos que ella protagonizó. Alguien que la mata o alguien con quien morir al final de la ópera de su vida. Es el inicio del camino hacia su propio y misterioso final, que muy pronto realizará a su voluntad.