Una de las claves del trabajo del servicio de Medicina Intensiva del Hospital Universitario de Torrejón es la humanización constante de la atención a los pacientes y sus familias durante la estancia en el servicio. Desde que comenzó la pandemia de COVID-19, la humanización se ha elevado aún más como referencia de este equipo de profesionales y, yendo un paso más allá, el servicio de UCI ha querido reunir a varios pacientes que pasaron una estancia prolongada en esta área durante 2020 y principios de 2021, con el objetivo de profundizar en las repercusiones del Síndrome Post UCI, así como reestructurar los procesos y la manera de trabajar desde la humanización.
“Este síndrome es un conjunto de secuelas que sufren muchos pacientes que ingresan de forma prolongada en nuestra unidad”, explica la Dra Ángela Algaba, intensivista del Hospital Universitario de Torrejón, que detalla que este síndrome tiene impacto en tres esferas: “la física, con debilidad, dolor y mucho agotamiento; la esfera cognitiva, con problemas de atención y memoria; y por último, alteraciones de la salud mental, con ansiedad, depresión y en algunos casos trastornos de estrés postraumático”.
El encuentro con pacientes tuvo lugar en diciembre de 2021, y reunió a seis pacientes con sus familiares y profesionales de Medicina Intensiva y Salud Mental, que condujeron la sesión desde la premisa de aceptar las emociones vividas por todos ellos: “Es absolutamente normal haber tenido miedo, en UCI, fuera de ella, como pacientes, como profesionales o como familiares”, aseguró la Dra Casandra Gálvez, psiquiatra de la Unidad de Salud Mental del centro.
Es absolutamente normal haber tenido miedo, en UCI, fuera de ella, como pacientes, como profesionales o como familiares
Gracias a la Unidad Multidisciplinar de Seguimiento COVID-19, el equipo de Medicina Intensiva ha tenido la oportunidad de continuar la atención a estos pacientes, y profundizar en las huellas que la humanización deja en cada paciente. Por ello, con la puesta en común de las experiencias de pacientes y familias, el servicio ha averiguado aún más sobre el impacto de las herramientas y técnicas de humanización que el área pone en marcha con los pacientes y sus familias para mitigar las secuelas del Síndrome Post UCI.
De esta manera, las conclusiones del encuentro se analizarán a partir de ahora para revisar los recursos como el acompañamiento y las visitas a los pacientes hospitalizados, y así poder ajustarlos a las necesidades de familias y pacientes.
A este respecto, varios familiares de pacientes de UCI confirmaron el beneficio del régimen de visitas a los pacientes de UCI que el Hospital torrejonero mantuvo, incluso en los momentos más complicados de los primeros meses de 2020: “Era muy duro ver a mi marido allí, pero al menos le veía. Como familiar, verle me daba vida para continuar unas horas más, hasta la siguiente visita”, afirmó la mujer de uno de los pacientes presentes en el encuentro. “Como familiar, la mejor terapia es poder estar con ellos. Y tener terapia para mí, era terapia para ella”, aseguraba otro de los familiares participantes en la reunión.
En la misma línea, la Dra Mª Cruz Martín, jefa de servicio de UCI, del Hospital Universitario de Torrejón, abrió la puerta a la potencial creación de una línea de conversaciones “de pares” que reúna a familias que hayan pasado por la experiencia de tener un paciente ingresado en UCI con los allegados de pacientes actuales. “Si las familias que hemos reunido hoy hubieran estado apoyadas por una familia que ya hubiera pasado con anterioridad por lo mismo, ¿se habrían sentido igual?”, comentó la Dra Martín. “Queremos explorar qué aportaría la ayuda por pares con el objetivo de evitar sufrimiento, puesto que sabemos lo importante que es para la buena evolución de los pacientes de UCI que los familiares que los acompañan les transmitan sensaciones positivas”, afirmó.
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