Parece que esta primavera las alergias no serán tan fuertes gracias a las mascarillas, así lo augura el Servicio de Alergología del Hospital Universitario de Torrejón. Laura Vázquez, responsable de esta área, también asegura que los que tengan síntomas podrán vacunarse sin problema, aunque recomienda tener prudencia en determinados casos.
La responsable del Servicio de Alergología recuerda que los pacientes con alergia al polen se pueden vacunar sin problemas contra el COVID “puesto que no entraña un riesgo añadido, ni aumenta las posibles reacciones”. Sin embargo, sí que recomienda que los pacientes que estén atravesando una crisis de alergia debido al polen justo en el momento de ser llamados para la vacuna, consulten con su médico sus opciones.
Así mismo, la doctora Vázquez explica que para evitar síntomas como los estornudos, mucosidad, dificultad respiratoria o tos deben usarse mascarillas quirúrgicas o las de protección FFP2 o FFP3. “Las mascarillas quirúrgicas filtran partículas hasta 1 micra, y es suficiente, dado que el tamaño de los pólenes más habituales oscila entre las 25 y las 35”, aunque advierte de que, como no se acoplan completamente, y dejan huecos a ambos lados de las aletas nasales y laterales, pueden no ser tan efectivas como las de protección.
Con respecto a la incidencia del polen este año en el ambiente, desde el Servicio de Alergología recuerdan que factores como la contaminación, la lluvia, nieve o las temperaturas durante el invierno influyen de manera considerable. Además, como consecuencia de las temperaturas extremas que se han sufrido este año en Madrid, especialmente con la borrasca Filomena, los especialistas esperan más pólenes de gramíneas, pero menos de platanus y olivo, porque este fenómeno meteorológico dañó árboles que este año no van a polinizar.