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La crisis sanitaria de la Covid-19 también ha provocado una ola de crisis en otros ámbitos como el de la economía o el de la industria. La crisis de suministros afecta en gran parte al mercado de la alimentación, pero a quienes más daño ha hecho ha sido a la industria tecnológica. Los parones provocados por la pandemia han hecho que las fábricas hayan tenido que cerrar sus puertas o que haya visto reducido su personal, lo que ha supuesto una bajada de producción importante, por ejemplo, en los chips.
Unos objetos casi microscópicos que contienen la esencia de prácticamente toda la tecnología que utilizamos hoy en día, los móviles, los coches, los electrodomésticos... Su fabricación está afincada casi al 100% en el continente asiático, pero la empresa de Tres Cantos, KDPOF, quiere cambiar eso y ser la pionera en España en fabricar estos componentes esenciales para el día de hoy.
"Europa solo fabrica el 10% de los chips que se hacen en el mundo. Tenemos una dependencia muy grande de Asia y, en segundo plano, de Estados Unidos. Nosotros, queremos aportar nuestro granito de arena a esa transición para dejar de depender tanto de Asia", nos explica Carlos Pardo, CEO de KDPOF, la empresa tricantina que ya crea tecnología para la industria del automóvil y que quiere trasladar su fábrica de chips del continente oriental a España, o por lo menos alguno de sus procesos.
Pues la fabricación de un chip se compone de tres procesos fundamentales, el primero la creación de una oblea de silicio que sirve como base para el microchip, la segunda, el ensamblado y una tercera que es la más larga, el testeado para comprobar que todo funciona correctamente. Son estos dos últimos pasos los que KDPOF quiere trasladar a Tres Cantos.
"La fabricación de la oblea de silicio es un proceso que requiere volúmenes muy grandes para que sea rentable y una empresa pequeña difícilmente puede llegar a tener una rentabilidad. Pero las dos últimas fases, que son las de empaquetar y testear, las máquinas que se necesitan son relativamente más baratas y se puede hacer para volúmenes más razonables, como son los que tenemos nosotros ahora en la industria del automóvil. Es un proyecto apasionante, queremos crear una fábrica de cápsula y testeado en Madrid para volúmenes grandes", explica Pardo.
KDPOF ya trabaja dentro de la industria del automóvil, así que sus primeros chips ensamblados y testeados en España irían dirigidos a esta industria, no obstante, no descartan la posibilidad de expandirse a otras. "A día de hoy, la demanda más grande que tenemos es de la industria del automóvil", reconoce el CEO, "pero no cerramos las puertas a otras industrias a las que les gustaría tener tecnologías de comunicaciones muy robustas, como las que se usan en la del automóvil".
Nosotros seríamos la primera empresa que va a fabricar chips en España a grandes volúmenes. Estamos hablando de hasta 10 millones o 20 millones de unidades al año
Al igual que otras muchas empresas, la que dirige Pardo también tiene puestas sus esperanzas en los llamados Fondos Europeos, un impulso económico que llega desde la Unión Europea por la crisis de la Covid-19, y que se centra especialmente en ayudar a proyectos tecnológicos que den relevancia a nuestro continente frente a otros mercados ya consolidados como el asiático o el estadounidense.
"Durante este año ya estamos en diálogo con la Unión Europea y con el Gobierno español para la financiación. Y en función de cuándo esas conversaciones lleguen a su final, pues empezaremos el proyecto previsiblemente a mediados de este año aunque igual se alarga un poco", reconoce Pardo, "a nuestros clientes les gustaría usar los chips que vengan de esta fábrica en 2024".
"Hay que tener en cuenta que para poder abastecer al mercado del automóvil no solamente tienes que ser capaz de fabricar, sino que tiene que haber un período bastante largo de cualificar, asegurarse que los niveles de calidad son los adecuados para la industria automóvil. Y esto normalmente dura un año o año y medio", explica el CEO.
Técnicamente, no es cierto que en España no se fabriquen microchips, lo que ocurre es que no se fabrican a nivel comercial, ya que actualmente todos los procesos de fabricación los llevan a cabo industrias como la militar, las espaciales o la científica. A lo que aspira KDPOF es a conseguir una producción en cadena que permita dar una respuesta a la industria de miles de ejemplares de esta tecnología, con una gran calidad y un alto rendimiento.
"Nosotros seríamos la primera empresa que va a fabricar chips en España a grandes volúmenes. Estamos hablando de hasta 10 millones o 20 millones de unidades al año, como poco", cuenta Pardo. Un objetivo más que encomiable.