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Quiero encabezar este artículo, reivindicando a los profesionales sanitarios y sus condiciones laborales. Da igual su categoría, desde celadores a médicos o enfermería, es indiferente donde presten el servicio, en ambulancias o centros asistenciales. Hace unos meses se les rendía homenaje, como héroes sin capa de pleno derecho que son, tras su trascendental labor en la pandemia del COVID19 jugándose la vida. Todos tenemos en la retina, los aplausos a las 8 de la tarde a nuestros ángeles custodios sanitarios.

Hoy, como la memoria es frágil, desde la misma institución de la Comunidad de Madrid se les usa de arma arrojadiza, para tapar las desvergüenzas de la dañina gestión por decisiones políticas erróneas del gobierno de Isabel Díaz Ayuso. Se les tilda de vagos, de boicoteadores, hasta peligrosamente de izquierdistas - como si eso fuera un insulto en un estado que constitucionalmente recoge el pluralismo político – que denota que el totalitarismo emponzoña hasta partidos que deberían preservar el régimen democrático. Jamás me imaginaría a gente de la talla de Adolfo Suárez, Abril Martorell, Santiago Carrillo, o al mismísimo Fraga, utilizar estos términos.

No es asumible que Madrid, región próspera, tenga tras dos años cerradas las urgencias sanitarias en atención primaria. Porque no es lo mismo abrir, probablemente de cualquier manera por la presión social, que prestar un servicio que está constituido en un DERECHO a una SANIDAD PÚBLICA DE CALIDAD.

La palabra MENTIR tiene su origen en urdir con la mente. Por ende, las personas que por sistema lo hacen, son profesionales de utilizar la mente para urdir falsedades, a sabiendas de que lo son. Estamos muy acostumbrados, demasiado, a convivir con estos profesionales.

Me corresponde hablar de un profesional como David Conde, el eterno aspirante del Partido Popular. Y no dejaré de hacerlo, por el daño que ha ocasionado a Valdemoro, desde su llegada a nuestra ciudad, cual bien mandado de Esperanza Aguirre en 2011. Me asombra la profesionalidad de este señor, que trata a mis vecinos y vecinas como ignorantes, olvidadizos o manipulables.

Como buen profesional, se presenta en video frente al Centro de Salud de El Restón, el cual ha debido conocer su ubicación hace relativamente poco tiempo, para vender las bondades – que no obligaciones sanitarias- de la Comunidad de Madrid. Nunca se le vio defendiendo los servicios públicos de la ciudad anteriormente. ¿Se puede despreciar más a tus semejantes cuando eres consciente que los servicios sanitarios públicos no están funcionando en condiciones? Quizás el problema radica ahí, en que no tiene la consideración de semejantes al conjunto de vecinos de Valdemoro, prueba de ello es que hace meses votó en contra en el Pleno del Ayuntamiento de Valdemoro, órgano de representación de la voluntad popular, que se instase a la Comunidad de Madrid a abrir las Urgencias de Atención Primaria de forma efectiva.

El buen profesional se considera por encima de todo, y eso que no tiene el poder, habiendo dejado reducido al PP a tres concejales. Tan superior se cree, que incluso menosprecia a los profesionales sanitarios, o simples vecinos, que usan el derecho constitucional de quejarse o manifestarse en la demanda de una sanidad pública de calidad. Jamás un representante democrático debe afear el ejercicio de un derecho, aún cuando se discrepe. Sr. Conde, las manifestaciones legales se respetan, siempre.

En breves tiempos, veremos al profesional hablar de prosperidad para Valdemoro. Sí que fue próspero cuando estuvo el profesional en el Gobierno Municipal, que se lo digan a unos cuántos visto el Sumario de Púnica. Hablará de que Valdemoro sea referente de nuevo, sin especificar en qué. Debemos recordar que sus referencias unidas al pueblo de Valdemoro, ya las ha sacado la prensa muchas veces, haciendo nuestra localidad famosa y referente en corrupción. Pero más adelante hay más para el profesional.

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