Duncan Whiteman expone su muestra de pintura en la sala de Arte del Coliseo de la Cultura hasta el 14 de octubre. A través del color, el artista tiene una gran capacidad para despertar nuestras emociones en cada una de sus obras. Unos cuadros que reflejan lo que él ve y nos invitan a formar nuestra propia opinión. Su obra "tiene el poder de hacernos parar y pensar, apreciar lo que somos, lo que tenemos, acompañados de la sinfonía de color que ha compuesto".
Se formó en la universidad y experimentó e investigó en diversas áreas artísticas. Los cuadernos de bocetos constituían entonces, al igual que ahora, la piedra angular de cada proyecto, un foro para desarrollar nuevas ideas, seguir investigando, observar, tomar notas y planificar el proceso de toma de decisiones, documentar los descubrimientos y resolver lo problemas, mantener los contactos y, quizás, incluso, algunos secretos.
Cada obra de arte es "como criar a un niño": después de toda la preparación y anticipación, hay que cuidarlo y establecer las reglas básicas y la composición; luego todo se pone en marcha, y juntos entran en un mundo de fusión en el que lo mejor de uno mismo queda al descubierto, expuesto y vulnerable, la suma de sus partes, el dolor y la lucha. Finalmente, la obra se mantiene sola, orgullosa y con un nombre, mientras el autor se aleja exhausto, consciente del esfuerzo, esperando que deje huella y sea recordada.
Su obra tiene el poder de hacernos parar y pensar, apreciar lo que somos y lo que tenemos
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La concejal de Cultura, Inmaculada Delgado, ha estado presente en la inauguración de esta exposición donde, junto a Duncan, ha recorrido el conjunto pictórico que compone una muestra que invita a visitar y, sobre todo, a disfrutar.