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¿Su municipio tiene un producto autóctono? Ahora Villaviciosa de Odón puede presumir de uno; la miel. Los causantes de ello son dos jóvenes apicultores, Carlos Jiménez y Javier Pérez, con raíces en el municipio, que hace escasamente cuatro años emprendieron en el sector, y como resultado se originó el colmenar Bee Wei. Está ubicado en Villaviciosa de Odón y está rodeado de agua, campo, árboles y plantas medicinales. De este lugar ha salido la miel que ha quedado entre las mejores en el certamen de la VII Feria Internacional de Apicultura y Turismo de Las Hurdes. “Una de las más importantes, porque está en un enclave en el que hay apicultores de muchas generaciones” destaca Carlos junto a Javier, sentados en unas sillas en este colmenar.
Soyde. ha entrevistado a esta pareja de apicultores en el Colmenar Bee Wei, donde cada día, un millón y medio de abejas trabajan en 50 colmenas. Las abejas son las principales protagonistas de la miel que estos apicultores presentaron en la feria y de donde destacan la labor de los jueces por la complicación a la hora de evaluar “porque todas las mieles son buenas” y “simplemente destaca una más que otra por el sabor o textura” y a parte “tienen que comer mucha manzana y beber agua” para discernir en cuanto al sabor apunta Javier Pérez que también es Técnico de Laboratorio
El proyecto surgió cuando ambos estaban preparados. Sin aún conocerse, cada uno se formó con un maestro de la apicultura y cuando se juntaron volcaron toda la sabiduría que habían adquirido. Afirman que para ser apicultor hay que aprender con “los maestros de toda la vida” y sobre todo “no tener alergia o sensibilidad al veneno de las abejas”, apunta Javier como dato importante, ya que las picaduras están aseguradas. Carlos, añade, “libro, campo, experiencia y ensayo”.
Señalaba al principio que las abejas son muy trabajadoras por su constante dedicación a la colmena así lo aseguran ambos y Carlos nos explica cómo es la vida de la abeja y que funciones cumple en cada una de sus etapas: “Hay una organización perfecta dentro de la colmena. Una comunidad concienciada en su labor. La reina se fecunda una vez en su vida con más de 10 o 12 zángano y está entre cuatro años fértil. Ahora estarán poniendo las reinas buenas diariamente 2000/ 1500 huevos de abeja obrera”, destaca y puntualiza que “otras abejas hermanas limpian las celdas para que la reina ponga el huevo y alimentan a la cría. Cuando la abeja sale de la celda, denominada “abeja nodriza”, cuidan de ella y ella limpian las celdillas para que la reina siga poniendo huevos. Después se convierten en sequito de la reina, la alimentan solo de Jalea Real, (que se genera en la abeja), la cuidan y la limpian, que no le falte nada. Cuando deja de ser una abeja obrera se convierte en pecoreadora; hace más de 100 flores por minuto y vuela rápido. Su vida es corta en esta temporada debido a la producción alta: alrededor de 36 días. La abeja cuando sale a recoger de las flores es porque está formada y preparada, tienen el aguijón y el veneno. La siguiente función es aguadora porque en la colmena se necesita agua limpia, para limpiar, beber, y a lo último de su vida es la guardiana; defiende la colmena, se pone en la puerta y si es necesario pican, al picar las abejas mueren, por su colmena.
Javier y Carlos nos comentan que existen diferentes amenazas para las abejas como la vespa velutina, “una avispa asiática asesina, que se alimenta de las crías de la abeja porque es una proteína buenísima. Aquí no ha llegado por el momento en la zona más afectada es el norte de España”. Otro depredador de abejas el abejaruco, “muy devorador, son voraces, vuelan mucho”, la abeja cuando “le oye no sale a trabajar”, y otro la garrapata de la abeja, que se agarra en el caparazón, y luego hay parásitos, o virus” Y, por último, exclama Carlos asintiendo, el humano “lo que más los pesticidas o herbicidas que al final la abeja puede morirse”.
“Nosotros trabajamos con dos tipos de colmena, una Langstroth que hizo un sistema de colmena para la apicultura moderna, que sea más fácil y exista menos mortandad entre las abejas. le debe el nombre a su creador. El otro núcleo es Layens".
Para el futuro del colmenar, Carlos y Javier tienen “Proyectos muy bonitos, la vertiente de los colegios para que vengan a visitarnos niños con las aulas, una excursión muy agradable”
Desde la oficina de turismo realizan guías turísticas y terminar en el colmenar para ver cómo es la vida de la abeja y la enseñar el producto autóctono de Villaviciosa", y a su vez, "el ayuntamiento nos ha propuesto que sea el regalo institucional de Villaviciosa, un producto autóctono que podamos ofrecer a ciertas hermandades a ciertas Villaviciosa".
A las abejas hay que tenerlas “en la mente, las manos y en el corazón. Para poder llegar a pensar como lo hacen ellas, las tienes que tratar con mucho cariño, son muy delicadas y porque una vez que las conoces forman parte de tu vida
En cuanto a los productos que se saca de las abejas, afirma Javier que “Son alimentos muy importantes y hay que tratarlos con respeto·, el más conocido la miel, “un producto de lujo ya que contiene cuatro millones de flores, la abeja tarda en hacer un bote un mes y medio, y recorre millones de kilómetros para ello”.
“Es muy difícil saber si una miel está adulterada, tendrías que llevarla a un laboratorio por que la miel es fructosa y glucosa y muchas trazas de minerales, si la mezclan con una glucosa no se puede saber.”, asegura Javier Pérez que aguarda entre sus titulaciones la de Técnico de Laboratorio. A lo que añade Carlos Jiménez que “llevamos años luchando para que haya un etiquetado certero, para que sepamos de donde viene la miel, en qué momento se produce”. Ambos recomiendan comprar la miel directamente a un apicultor.
Otro de los productos es el polen que se produce "en primavera, cuando más flores hay, las abejas lo recolectan de las flores masculinas, por eso nosotros solo cogemos lo de primavera. La forma es una trampa cariñosa, es una puerta en la que solo pueden pasar las abejas y las bolitas de polen que llevan en las patas las tienen que dejar al entrar caen en un cajón. El polen tiene mucha proteína para la gente deportista, o personas con anemias es como una proteína descompuesta, y hay que tener cuidado que no seas alérgico al polen”.
Para Carlos “es la estrella”, pro- antes polis-ciudad, “los romanos le pusieron ese nombre porque es la protección, lo cogen de las heridas de los árboles, de las plantas en sus patas y en la colmena lo utilizan para ciertas sellar con él”. “Es antibiótico antiséptico”
Es un producto que la Reina solo se alimenta de ello. La producen las abejas obreras jóvenes en su cabeza, la segregan por las glándulas hipofaringes y se compone de grasas, proteínas, aminoácidos, vitaminas del grupo B. La Jalea Real es buena para la mujer.
“El veneno también “se utiliza” apuntan ambos, “era utilizado antiguamente, y nosotros hemos seguido el legado y estudiado los componentes. Tonifica el sistema inmune, tonifica la suprarrenal y es un componente de la abeja que le hace extraordinaria”. A parte de ser apicultores, Carlos y Javier son terapeutas tras estudiar medicina china. “Nosotros en nuestra consulta de Bee Wei, tratamos con el veneno. La aplicación del veneno es muy seria, y hay líneas que no se pueden pasar. Se pica directamente y siempre hay una línea roja que no se pasa de cuanto veneno se inocula”.
“Hay larvas huevos no fecundado son zánganos esto no tienen veneno no pica, comunica dentro de la colmena. Nosotros trabajamos con ella. Tiene la peculiaridad de tener una testosterona muy fuerte, por ejemplo, en las mujeres que sufren mastitis, el zángano ayuda para subir la leche y también para potenciar al hombre.
La cera para uso tópico o para mascar. Respirar aire de la colmena, para tratar asma u otras, es el más puro con los diferentes componentes de la colmena”. Javier Pérez al ser técnico de laboratorio ha buscado una crema natural sin ningún químico que reúne diferentes componentes de la naturaleza junto a los de la abeja. También elaboran jabones.