Hay una larga lista de mujeres que aseguran haber sido víctimas de violencia sexual por parte de Íñigo Errejón, exportavoz de Sumar. Si estos son nuestros máximos dirigentes políticos, tenemos un problema muy serio... No es solamente el caso Errejón, es también el caso Koldo o Ábalos. Es una descomposición brutal de nuestra clase política.
No tengo ninguna duda de que estamos hablando de este caso porque se trata de una cortina de humo. ¿A quién beneficia todo esto? A los ciudadanos desde luego que no. Lo que sí tengo claro es que absolutamente nadie se ha creído que sus compañeros de partido no conocían estas prácticas de Errejón. Deberían haber rodado todas las cabezas del partido, TODAS.
Que un político se vaya de fiesta y esnife cocaína del culo de una pava es un quiebro a la credibilidad institucional sin parangón. Es una auténtica depravación llevada a cabo por un dirigente. Creo que la política ha perdido el rumbo.
Más que un problema de machismo, creo que hay una mala definición del feminismo. El machismo no es más que una expresión de poder establecida en la sociedad durante muchos años. Lo que quieren determinadas personas es someter a otras, ya les pasaba a los emperadores con los gladiadores más veteranos de Roma.
Aunque sea impopular decirlo, imaginaos por un momento que estas chicas que están denunciando a Errejón accedieron a tener prácticas sexuales a cambio de escalar en la política o que, por ejemplo, se trate de una vendetta política orquestada por Pablo Iglesias. ¿Quién es el malo entonces?
Pedro Sánchez siempre sale ganando. La realidad de todo esto es que tenemos un presidente del Gobierno extremadamente inteligente y una Oposición que está a por uvas. Es sangrante que haya gente de izquierdas defendiendo lo indefendible. ¡ES VUESTRO PUTO FUTURO!