A las precuelas, episodios 1, 2 y 3, en su día y todavía actualmente se les criticó mucho. Desde el fondo de las películas, hasta el papel de algunos actores o la importancia de ciertos personajes, las críticas en algunos casos fueron feroces.
Pero nada comparado con la nueva trilogía (episodios 7, 8 y 9) donde había puestas muchas esperanzas, sobre todo con la vuelta de Luke Skywalker, Han Solo y la Princesa Leia junto a nuevos e interesantes personajes, pero a la hora de la verdad, el resultado y el sabor que han dejado estas películas en el aficionado de Starwars ha sido más bien mala. O malísima si nos referimos al episodio 8, para muchos, la peor de lejos de toda la saga.
En estos diez años solo “Rogue One”, “Mandalorian” y la serie “Clone Wars” han estado a la altura de una saga igual de comercial que de exigente y popular. Parece que tras las semanas duras de confinamiento debido a la Pandemia, las plataformas de pago como Disney o Netflix vivieron una gran subida en cuanto a consumo y naturalmente las series fueron una de las vías de escape.
La industria empezaba a ver que producir series para ser consumidas en casa también es rentable, y muchos proyectos que sonaron para ser algún día películas, se convirtieron en serie.
Eso ha pasado con “Obi Wan”, la serie del mítico jedi protagonista tanto de la trilogía original (Sir Alec Guinness) sobre todo el Episodio 4, “ayúdame, Obi Wan Kenobi, tú eres mi única esperanza”, así como de la precuelas, donde el escocés Ewan Mc Gregor interpretó al popular caballero jedi.
“Mandalorian” recondujo algo a Disney que parece que serie a serie, intenta separar la nueva e infame trilogía de otros proyectos más del gusto de los fans. Tras las dos temporada del célebre” Mando” acompañado del simpático “Grogu”, y de “El libro de Bobba Fett”, ahora le ha tocado el turno a “Obi Wan”.
Ewan Mc Gregor llevaba tiempo dejándose querer para volver a interpretar a uno de los personajes más queridos de toda la saga. Lo que en un principio sonó como una película, finalmente se convirtió en una serie de seis capítulos.
La crítica ha sido en su mayoría bastante positiva, pero “en una galaxia muy muy lejana” no llueve a gusto de todos. Avisamos que si no la has visto, los párrafos que siguen pueden destriparte algo de los acontecimientos más importantes que ocurren en la misma. Para situarnos: estamos entre los episodios 3 y 4 donde supuestamente los Jedi se han extinguido, y Obi Wan vive exiliado en Tattoine “supervisando” de lejos al joven Luke SKywalker que crece ajeno a todo el peso que tiene su apellido bajo la tutela de sus tíos adoptivos Owen y Beru Lars.
En este tiempo el Imperio Galáctico comandado por Darth Vader, (Anakin Skyalker antes de ser seducido por el reverso tenebroso de la fuerza) está en su apogeo, y su principal misión es acabar con los pocos jedis que viven escondidos en la Galaxia. Así las cosas y presentados los personajes principales, como la jovencísima Princesa Leia, la cual es secuestrada, Obi Wan se ve obligado a abandonar su anonimato y desempolvar, y nunca mejor dicho, su túnica jedi y su espada láser, con la misión de rescatar a la Princesa que al igual que su hermano Luke, cuenta con apenas 10 años y es ajena a quien es su padre y el lío que hay montado.
La serie va de menos a más en cuanto a interés, con secuencias de acción muy entretenidas y coreografías de lucha de sables láser bastante del agrado de los fans a la saga que en su día inventó George Lucas. De hecho, uno de los actores que más palos y críticas recibieron con su papel en las precuelas, Hayden Christensen, interpreta a un Darth Vader que sigue siendo como Kenobi, uno de los personajes franquicia de la saga.
Vader de por sí ya es un éxito (Hayden Christensen es mejor actor de lo que se dice), pero es que Mc Gregor honra al personaje. Cada vez que empuña su espada de luz azul y cada mandoble que atiza, es un guiño a esa precuela con la que muchos crecimos y que ha envejecido bastante bien, recordemos que el episodio 1, “La amenaza fantasma”, es de 1999.
Tras el fiasco para muchos de la nueva trilogía, “Obi Wan “ vuelve al Starwars de Lucas: el de Vader y Obiwan, el de los stormtropers, el de Tattoine y el imperio galáctico y sobre todo, el dar al fan lo que desea y sabe que va a agradecer tras tantos disgustos últimamente.
Realmente, contar lo que pasa entre los episodios 3 y 4, quizás no hacía falta porque la historia Starwars no varía, pero sí que es cierto que con esta serie Disney se redime en parte de las críticas de los últimos años, aunque para gustos los colores.
El final consigue bastante bien lo que pretende con la aparición de un personaje que mucha gente reclamaba y que no desvelaremos pero que tampoco hay que ser muy avispado para acertar.
La serie se hace corta durante los seis capítulos, sinónimo de que ha gustado; y en general sigue dejando un buen sabor de boca aunque repetimos, nunca llueve a gusto de todos.
Vemos a Luke y Leia de niños, al Imperio en su esplendor, a Vader sin casco y sin armadura y su combate con Kenobi al que se hace referencia en el episodio 4. Disney ha querido compensar y pedir perdón a los fans tras los sinsabores de los episodios 7, 8 y 9 y parece que lo ha conseguido. Y gran parte de culpa lo tiene el trabajo de Ewan Mc Gregor, actor y productor de la serie. Y fan. De los que no reniegan de las precuelas.
Quizás esa es la clave.