Durante los primeros días del año ocurrió algo inaudito, y es que la Comunidad de Madrid se tiñó de blanco. Se trataba de la borrasca Filomena que, superando todas las previsiones, trastocó la movilidad y la cotidianidad en muchos municipios durante varias jornadas. Pero, además, hubo numerosos daños estructurales y perjuicios en las zonas verdes. Un mes después, se sigue haciendo balance y buscando la manera de volver a la normalidad absoluta lo antes posible. Por su parte, Las Rozas presentó la cifra de más de 18,7 millones de euros en daños en arbolado, lo que se traduce en unos 194 euros por cada uno de los 96.113 rozeños y rozeñas.
Norma Granada
Hemos hablado con Jaime Santamarta Martínez, el Concejal de Medio Ambiente y Administración Electrónica, para averiguar qué incluye esa cifra y en qué punto se encuentra Las Rozas en lo que respecta a la recuperación de su arbolado. El concejal ha explicado que se hizo un muestreo probabilístico de las los parques periurbanos y otro de las zonas naturales forestales, como la cuenca del Azarejo. Sin embargo, matiza que, hasta que no se trate toda la superficie, no se sabrá exactamente la cifra, aunque se estima que un 10% del arbolado total se vio afectado. "Después, y según la Norma Granada, se calcularon los costes directos, como la poda de ramas, y a estos se sumaron los indirectos, que se corresponden con el valor medioambiental de los ejemplares. Las encinas, por ejemplo, tienen un valor más alto, pero no tenemos muchas. Sumado lo que cuesta limpiar y podar sumado al impacto medioambiental de cada especie, es de donde salen los 18,7 millones", explica el concejal.
"Estamos en un medio que no es de alta montaña, en el las especies arbóreas no están preparadas para una nevada de estas características. No es lo mismo que unos abetos que te puedas encontrar en Guadarrama, pues sus ramas crecen hacia hacia arriba y no permiten que la nieve se acumule ni genere fisuras en los troncos. Una de las zonas más afectadas es la de La Dehesa, que está llena de pino piñonero, y estos árboles no están adaptados a tener una sobrecarga. En cambio, las zonas con encinas han resistido mucho mejor". Según explicó Santamarta, el caso de Las Rozas es el opuesto al de Guadarrama, y está ahí el quid de la cuestión.
Nos gustaría que el Estado se implicara como nosotros en el medioambiente
De ahora en adelante, el municipio centrará sus esfuerzos en recuperar sus zonas verdes lo antes posible bajo las premisas de la innovación y la prevención. "Estamos reforestando con nuevos criterios, puesto que conocemos cómo funcionan unas plantaciones y otras en ocasiones como estas. Donde antes había solo pinos, ahora los hemos mezclado con encinas, cambiando también la separación entre los ejemplares para que los árboles se fortalezcan. Además, se están clonando árboles especiales o de interés municipal, como algún almendro con características especiales o Los 12 Apóstoles, de los que ya solo quedan 11. Ahora estamos haciendo una actuación más individualizada, dividiendo por sectores y especies, por ejemplo, en La Dehesa. Hay zonas en las que los pinos han tenido un crecimiento menos frondosos o están muy juntos, son más débiles al estar protegidos por otros y son más débiles". En esa línea, esperan ir abriendo cada zona lo antes posible. Para ello, cuenta que han pedido las ayudas por la Zona Catastrófica, algo respecto a lo que se muestra escéptico. "Nos gustaría que el Estado se implicara como nosotros en el medioambiente, y que no solo se costearan reparaciones concretas, como la pérdida de un tejado, sino la reforestación completa", concluye.