La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) denuncia que, a pesar de que más del 75% de las personas con VIH superará los 50 años en 2030, aún se desconoce el efecto que esta infección puede tener en la calidad de vida de las personas de avanza edad, así como sobre el propio proceso de envejecimiento. Por este motivo, el coordinador del grupo de VIH de la FELGTB, Juan Diego Ramos, ha incidido en la necesidad de realizar estudios que permitan conocer tanto las necesidades de las personas mayores con VIH, como las herramientas y los medios necesarios para cubrirlas.
Esta es una de las conclusiones extraídas del V Encuentro de facilitadores de grupos de ayuda mutua y soporte emocional para personas con VIH, organizado por la FELGTB y la Asociación SOMOS LGTB+ de Aragón (SOMOS) para fomentar las intervenciones de apoyo y acompañamiento entre personas con esta patología y promocionar estrategias que mejoren la calidad de vida de las personas mayores con VIH.
Según Ramos, el VIH acelera el proceso de envejecimiento debido a una suma de factores, entre los que se incluye la inflamación y activación inmunitaria persistentes y la toxicidad acumulada de la medicación antirretroviral, que debe tomarse de por vida, así como a otros factores psicosociales como el estigma, que genera distintos tipos de discriminaciones, “lo que hace que una persona de 50 años con VIH deba ser considerada como un paciente de edad avanzada”.
En este sentido, Juanse Hernández, participante en el encuentro y coordinador del Grupo de Trabajo sobre Tratamientos del VIH (gTt-VIH), ha recordado durante su intervención que, gracias a los tratamientos actuales, las personas con VIH tienen una esperanza de vida que casi se aproxima a la de la población general. “Sin embargo, esto supone un reto desde un punto de vista clínico, ya que la infección provoca que determinadas enfermedades asociadas a la edad como las patologías cardiovasculares, óseas, renales o el cáncer, entre otras, se manifiesten antes”, ha asegurado.
“El estigma sigue siendo un gran impedimento a la hora de denunciar, ya que muchas personas dudan a la hora de hacer público su estado seropositivo"
Además, ha añadido que, al margen de los problemas médicos, “muchos pacientes tienen que hacer frente a otros retos psicosociales a medida que envejecen, como, por ejemplo, la soledad no deseada, el aislamiento, la discriminación, el estigma interiorizado, la ocultación del VIH, la exclusión social y la precariedad”.
Por otra parte, las personas asistentes a la jornada, 70% de las cuales han sido personas LGTBI con VIH, han coincidido en que es imprescindible desarrollar formaciones que permitan a los pacientes con VIH saber cómo interpretar sus propios análisis clínicos de cara a mejorar su autoestima, el conocimiento de su patología y la relación entre médicos y pacientes.
Asimismo, han puesto de manifiesto que existe una gran falta de información sobre los recursos legales de los que disponen las personas con VIH a la hora de denunciar discriminaciones o violaciones de sus derechos. En este sentido, el coordinador del grupo de VIH de la FELGTB, ha asegurado que, además, “el estigma sigue siendo un gran impedimento a la hora de denunciar, ya que muchas personas dudan a la hora de hacer público su estado seropositivo por miedo a exponerse a mayores discriminaciones”.
Las personas asistentes también han evidenciado la importancia de crear espacios entre iguales en los que se puedan compartir experiencias y herramientas para mejorar el nivel de bienestar personal. En este sentido, han explicado que no debe tratarse solo de “espacios de usuarios” sino de grupos de trabajo en los que puedan desarrollarse políticas de carácter identitario.
La FELGTB ha desarrollado esta iniciativa en el marco de sus programas para promover los derechos y el empoderamiento de las personas y de la comunidad LGTBI, así como de su salud integral.