Alcalá dispone de una estación de calidad del aire, ubicada en la Avenida del Ejército, que forma parte de la Red de Calidad del Aire de la Comunidad de Madrid. Dicha estación se encarga de realizar, tanto la obtención de datos climatológicos, como el seguimiento de las concentraciones de óxidos de nitroso, dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de nitrógeno, dióxido de azufre, monóxido de carbono, partículas en suspensión de 2,5 micras (PM2.5) y 10 micras (PM10) y ozono troposférico.
De todos estos contaminantes, el dióxido de nitrógeno está vinculado a las emisiones de los vehículos de motor, entre los que se encuentran los vehículos diésel, así como a la combustión de los combustibles fósiles en las calderas de calefacción, aunque en menor medida. Teniendo en cuenta esto, desde el lunes previo a la declaración del ‘estado de alarma’, y sus consecuentes medidas de restricción de la movilidad, se aprecia una reducción de un 65% para el NO2, un 50% en PM10 y un 49% en PM2,5.
El dióxido de nitrógeno está vinculado a las emisiones de los vehículos de motor.
Para el concejal de Medio Ambiente, Enrique Nogués, “estas semanas tan atípicas de marzo y abril, en las que han bajado tan significativamente la contaminación del aire y acústica, nos hacen plantearnos la necesidad de promover una disminución de la circulación con vehículos a motor una vez volvamos a la tan esperada normalidad”.
Además, el alcalde de Alcalá, Javier Rodríguez Palacios, ha recalcado que estos datos “ponen de manifiesto la clara vinculación entre la presencia de tráfico rodado y la calidad de aire en el municipio”, y considera adecuado que “tras la superación de la pandemia y la reactivación de la economía se puedan adoptar medidas encaminadas a reducir los niveles de contaminación en la ciudad”.