En líneas generales las medidas que propone la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Sanidad son muy similares, pero hay dos puntos fundamentales que hacen que ciudades como Alcalá de Henares se hayan convertido en un campo de batalla político, donde no se sabe muy bien si lo importante son las vidas, la economía o el “share de pantalla” de nuestros dirigentes. Esas patatas calientes son la tasa de incidencia (el número de casos por cada 100.000 habitantes) y el cierre de zonas sanitarias o de municipios completos.
526 casos por 100.000
En el caso de Alcalá, nos cerraron por muy poco, ya que la tasa que proponía el ministro Illa era de 500 (nuestra ciudad contaba con 526 contagios por cada 100.000 habitantes) y si la norma a aplicar la hubiese impuesto la Comunidad de Madrid, estábamos lejos de alcanzar los 1.000 casos que había puesto de tope el gobierno regional (incluso las zonas sanitarias más afectadas de nuestra ciudad no llegaban a esta cifra).
Alcalá de Henares, una ciudad que vive en gran parte del turismo afronta su fiesta más populosa con las puertas cerradas a los visitantes
“Fronteras” cerradas
Pero, a golpe de BOE, mandó el gobierno central y comenzamos octubre (las medidas se aplicaron a partir del día 2) con las “fronteras” cerradas. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid no dio su respaldo al cierre decretado por Illa, y aunque pasamos casi una semana sin poder movernos de Alcalá, la sentencia del tribunal madrileño abre las puertas de la ciudad, pero ¿hasta cuando?
Mes de Cervantes
Alcalá de Henares, una ciudad que vive, en gran parte del Turismo, cuyo mes más fuerte es el de octubre, por celebrar el bautismo de Cervantes, afronta su fiesta más populosa sin actividades y con las puertas cerradas a los visitantes. Hay voces que claman por el comercio interior, que aplauden el que toda la ciudad esté junta en este confinamiento, pero también hay quien se pregunta si no hubiese sido mejor esperar y permitir que, con las mayores medidas de precaución, se pudiese recibir a algunos visitantes que diesen un respiro a la maltrecha economía de nuestro municipio.
Ante este panorama, preguntamos a nuestro alcalde qué cree que es mejor para nuestros vecinos. Menos sanos, menos ricos, más sanos, más ricos. Los matemáticos seguro que lo tienen claro.