Luchar durante todo el año, estar siempre entre los cuatro primeros equipos de la Tercera división y jugártela en las eliminatorias. Así de complicado –y cruel, para los perdedores- es el camino que hay que superar para llegar a la Segunda división B.
Ese es el plan que ha trazado, desde hace unos años, nuestra RSD Alcalá. Ha luchado durante todo el año, se ha mantenido siempre entre los cuatro primeros y se la ha jugado en las eliminatorias. Pero ha perdido.
Ha caído ante un gran rival. Viajaba hasta el País Vasco con la intención de hacer bueno el empate a uno de la ida en El Val, una tarea complicada, teniendo en cuenta en valor doble de los goles fuera de casa.
Una caldera
Aunque ya íbamos avisados, el ambiente que nos esperaba en Durango asustaba. Una afición que metió presión desde el minuto 1 hizo que el encuentro fuese, casi, una pesadilla para los chicos de Jorge Martín.
Las bajas de Joshua Zapata y de Molino a última hora fueron un contratiempo que se sumó a las malas condiciones climatológicas. Sin embargo, el Alcalá no se arrugó en ningún momento. Peleó durante todo el encuentro, enfrentándose al fútbol directo de los locales y las decisiones arbitrales.
Una acción al filo del descanso hubiese dejado al Durango con un jugador menos, pero el colegiado no decidió aplicar justicia
Una acción al filo del descanso hubiese dejado al Durango con un jugador menos, pero el colegiado no decidió aplicar justicia. Y como el fútbol es el deporte que menos entiende de justicias, el Durango se adelantó en el marcador a la vuelta de los vestuarios.
Ekaitz, en el minuto 47, empujaba el balón a la red tras un córner botado al segundo palo. 1 a 0 para los locales. Un resultado que no cambiaba, para nada, los planes de los nuestros, ya que estaban obligados a marcar un gol.
Acoso, pero no derribo
El gol tocó la moral de un Alcalá que se volcó contra la portería local, pero sin encontrar la fortuna necesaria para marcar. Nanclares tuvo la más clara, pero la defensa vasca conseguía sacar el esférico sobre la misma línea.
Ya en el 92, la Cultural de Durango anotaba el segundo y definitivo tanto del encuentro, el de la tranquilidad para la afición local.
La polémica final entre los dos equipos no empaña la buena temporada que ha firmado el conjunto entrenado por Jorge Martín. El Alcalá volverá a intentarlo el próximo año.